jueves, 9 de julio de 2020

TODO LO QUE SOMOS SE LO DEBEMOS A ÉL, POR LO TANTO, TODO LO QUE HACEMOS ES PARA LA GLORIA DE ÉL,



TODO LO QUE SOMOS SE LO DEBEMOS A ÉL, POR LO TANTO, TODO LO QUE HACEMOS ES PARA LA GLORIA DE ÉL, Y EN BIEN DE LA MAYORÍA PARA QUE SEAN SALVOS.

Todo suceso o acontecimiento dado por Dios es para influencia de su reino en la tierra.

Usted puede estar seguro de lo que estoy diciendo: Alguna profesión, ministerio, negocio, etc. Dios es quien lo da.

2Co.5:20 dice que nosotros somos embajadores de Dios en esta tierra.

Entonces todo aquello que Dios nos da, todo hecho, hasta en lo pastoral. Todo acontecimiento que tenemos aquí en esta vida, sea en la carreara profesional, sea en el mundo de los negocios, sea en el ministerio, usted puede tener la certeza que es para el desarrollo trabajo del reino de Dios en la tierra.

Recuerde el patrón de la oración: “Venga tu reino”. El reino de Dios es para ser establecido en esta tierra, y nuestro trabajo es donde Dios nos pone. En posesiones altas o en posesiones que no lo son. Cualquier área de suceso de tu vida es para influencia de la gloria de Dios.

Col.3:17 dice: Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Esto es: Todo lo que digan y lo que hagan siempre dedíquenlo al Señor, dando gracias a Dios Padre a través de Jesús.

1Co.10:31 nuevamente nos exhorta a hacer las cosas para la gloria de Dios, diciendo: Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

Ahora en nuestra nueva vida todos nuestros hechos deben tener un fin, que es honrar a Dios.

No debemos olvidar que somos embajadores de Dios.

Embajador es un Diplomático del más alto nivel que es el representante oficial de un estado ante otro.

Lo que hace un embajador afectará o beneficiará a una nación. Su propia personalidad conductual representa la idiosincrasia (Modo de ser que es característico de una persona o cosa y la distingue de las demás), la cultura (Conjunto de conocimientos, adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etc.), de un pueblo, de una nación, de un reino.

Tal vez hoy podemos entenderlo mejor sobre nuestra gran responsabilidad de embajadores o representantes de Dios en la tierra.

Del mismo modo podemos entender que todo lo que digamos y hagamos debe ser para honrar a Dios. Esto significa hacer conforme a la voluntad a quien representamos.

Nosotros formamos opinión sobre las personas del mundo (juzgamos), y las personas del mundo del mismo modo nos juzgan por lo que hacemos o por lo que no hacemos.

Lo que somos y hacemos debe dignificar a Dios y a su reino, debemos ser influencia sobre el mundo como sal y luz que somos.

Nuestra conducta debe brillar como embajadores y ciudadanos del reino de Dios, nuestra imagen de sal y luz debe influenciar sobre la sociedad secular para bendecir a los hombres y glorificar a nuestro Padre que está en los cielos (Mt.5:13-16).

Centrar el interés y las aspiraciones del reino de Dios sobre la tierra implica despojarnos de determinados vicios y cultivar ciertas virtudes. Col.3:5-17.

Por ejemplo en despojarnos de:

Los pecados de sensualidad. vs.5.

Las actitudes erróneas. vs.8. 

El lenguaje deshonesto.vs.8, 9.

Y los prejuicios de la mente.vs.11.

Todo esto debe morir en nosotros de una vez y para siempre.

Y cultivar virtudes como:

El que debe gobernar en nosotros es Cristo, el mismo que debe convertirse en el centro de las relaciones y el culto de los hijos de Dios.

Revestirnos de una nueva forma de ser, creados según Dios en la justicia y santidad de la verdad. vs.10, 12-17,  Ef.4:17-24.

Agradando a Dios racionalmente o con sentido. Ro.12:1-2.

En el reino de Dios, al reconocer que todo lo que somos y tenemos es de Dios, implica que de una u otra manera debe estar al servicio de Dios para la extensión de su reino y la perfección de los santos.

La mejor posesión y seguridad que tenemos, es la inversión de lo que somos y tenemos en el reino de Dios: Adoración, enseñanza, predicación y servicio.

De esta manera atesoramos un buen fundamento para nuestro futuro, echando así mano para la vida eterna.1Ti.6:19.

Mt.6:19 al 21, Jesús nos orienta hablándonos de la inseguridad de los tesoros terrenales, y la seguridad de hacer tesoros en los cielos, del mismo modo nos revela la posición de nuestro corazón.

El que le sirvamos a Dios para la influencia de su reino no prohíbe las posesiones materiales, ni su disfrute (1Ti.6:17), pero si prohíbe el materialismo egoísta y extravagante que ata a las personas en este mundo, cayendo en la peor y sutil adoración a mamón, dios del dinero.

(Mammón es una palabra aramea que significa «riqueza», pero su etimología es confusa; los eruditos han sugerido conexiones con el verbo «confiar» o un significado de la palabra «confiado», o con la palabra hebrea 'matmon', que significa «tesoro». También se utiliza en hebreo con el significado de «dinero»).

¿Quién es tu tesoro? Cristo

Él es tu capital de fe y amor, él es tu propósito, él es tu poder y tu sabiduría (1Co.1:24), él es tu fin. Él es tu todo, Pablo lo dijo de esta manera: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gá.2:20,

Pedro lo dijo de esta manera: Para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.1P.4:2. 

Ef.5:2 dice: Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

Es Cristo la esperanza de gloria (Col.1:27), nuestro prodigioso tesoro, y por ende nuestro corazón debe seguir a nuestro tesoro.

Debemos poner a nuestro tesoro en primer lugar donde quiera que este nuestra vida.

Debemos evitar colocar nuestros afectos y lealtad donde no se debe, a causa de lo que somos o tenemos en posesiones.

Liberemos nuestro corazón de todo apetito de las cosas de este mundo, no asentemos nuestra seguridad en lo que somos, sino en tú máximo único e incomparable tesoro ¡Cristo!

Todo lo que somos se lo debemos a él, por lo tanto, todo lo que hacemos es para la gloria de él y, en bien de la mayoría para que sean salvos. De igual manera para perfeccionar a los santos (Ef.4:12).

Jamás olvides que todo suceso o acontecimiento dado por Dios es para influencia de su reino en la tierra. Amén.

 

Bendiciones.

 

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