Sobre esto usted tendrá grandes enemigos que le pondrán trabas u oposiciones, le infundirán miedo o temor, amenazas e intimidación con el fin que no logre su cometido.
¿Cuál es la voz que precisamos callar en relación a nuestra vida? Escuche bien. Esto es muy serio y muy importante.
Voy hablar de dos historias muy conocidas pero son muy interesantes en esta cuestión de la voz, que la gente precisa callar.
En Lc.18:35 en adelante hay una historia muy conocida del ciego de Jericó. Usted sabe que una persona ciega desenvuelve una audición muy desarrollada. Él era un paria social, y estaba en la orilla del camino, entonces al escuchar un movimiento, escucha que está viniendo una multitud de gente. Entonces pregunta ¿Qué es lo que está aconteciendo? Le responden: Es Jesús que está pasando.
Entonces el ciego comienza a clamar: Jesús hijo de David, ten misericordia de mí, y continua cada vez más fuerte. Alguien dijo cállate. Tú crees que Jesús va salir de esa multitud para atenderte. Pero la biblia dice cuanto más le prohibían el ciego gritaba más fuerte.
Sabe lo que yo aprendo aquí. El ciego aumentó su grito desesperadamente y calló la voz de la maldición y la desgracia. El ciego superó e hizo algo excepcional. Consiguió superar y calló la voz de la intimidación.
¡Calla la boca, él no te va atender! ¿Quién eres tú para que él te preste atención? Mi hermano: El ciego no simplemente gritó muy fuerte, sino que su clamor y su voz era un elemento fundamental entrelazada con la actitud de su fe.
La cuestión no es que usted grite, la cuestión es que el elemento de la fe este envuelto o vinculado en su voz.
Porque cuando el ciego está clamando, Jesús Hijo de David. Él está declarando que el reconoce que Jesús es el Mesías y el Salvador.
Es esto lo que hace a Jesús parar y atenderle inmediatamente.
En cualquier lugar que hay alguien que reconoce quien es Jesús, si hay alguien que reconoce su misión, él Señor lo atenderá.
Mi amigo la cuestión no solo son los gritos de su voz, sino ese elemento fundamental llamado fe.
Nadie hablará más alto para determinar maldición, desastre, intimidación. Si su voz está entrelazada con la fe, ella callará la voz de esa gente incrédula y petulante o presuntuosa (Que se muestra convencido de sus buenas cualidades y desprecia la opinión de otras personas), que solo piensa en las cosas de esta vida.
Escúcheme ahora. La voz de Goliat cayó por 40 días toda una nación, cuando dijo: Escoge de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. 1S.7:9 -16.
Y la biblia dice que cuando el rey de Israel (Saúl) y el pueblo de Israel escucharon a Goliat, se turbaron y tuvieron mucho miedo.vs.11.
El vs. 16 dice que por 40 días en las mañanas y por las tardes Goliat se presentaba y los desafiaba.
Mire usted: La voz de un hombre calla una nación. Era el pueblo de Dios.
Sin embargo, la voz de un muchacho llamado David, quien estaba llena de fe y osadía, en medio del miedo y el silencio dijo: ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? Vs.26.
Ahora mis hermanos, veamos el confronte de las cosas. A partir del vs.45 de 1S.17., podemos ver un confrontamiento de las voces, es David y Goliat.
La voz de Goliat tiene menosprecio, la voz de Goliat tiene maldad, la voz de Goliat tenía arrogancia. ¿Quién es ese muchacho, soy perro para que vengas con palo? Y maldijo a David por sus dioses filisteos. Vs.42-43.
Quién sabe. Quizá alguna voz está susurrando para usted. Le intimida, se burla de usted, le menosprecia, lo maldice a usted, le desea todo tipo de maldad.
Sin embargo, ahora escuche la voz de David. Cuando David habla, habla con discernimiento espiritual, mire lo que dice: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Vs.45.
Usted viene a mí con cosas materiales, usted viene a mí con lógica o argumentos humanos, con fuerza humana.
David dijo yo tengo otro nivel, vengo a ti en el nivel espiritual, que determina sobre el mundo humano.
La voz de David era una voz de discernimiento, la voz de David era una voz de fe dependiente de Dios.
Por eso David dijo: Yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel.
Yo no vine aquí en mi fuerza, yo no vine aquí en mi capacidad, yo no vine aquí confiando en mí, yo vine aquí en el nombre del Señor.
La voz de David tiene legalidad espiritual: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos. Es el Dios de los ejércitos de Israel a quien tú has afrontado.
Aquí aprendamos un principio: Si usted es el pueblo de Dios o miembro de ello, y alguien te afronta, estará afronta al propio Dios. ¿Sabe porque? Usted tiene promesa de Dios, usted tiene la bendición de Dios, usted tiene cuidado y protección de Dios. Como es que una simple voz aunque sea un gigante lo va a ser desdichado a usted.
Veamos Nm.22. Dios dijo al brujo Balaam. No maldigas al pueblo porque bendito es (vs.12). Balaam dijo a los siervos de Balac. Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande. Vs.18.
Y Nm.23:23 dice Dios: Porque contra Jacob no hay agüero, ni adivinación contra Israel. Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel: ¡Lo que ha hecho Dios!
David usó el principio de la legalidad espiritual. Lo que David le estaba diciendo al gigante era: Tú no tienes legalidad (autoridad) para afrontarme.
La voz de David contra la voz de un hombre gigante no era cualquier voz. Era la voz de alguien que tenía poder. Era la voz de alguien que en aquella área (espiritual) nunca perdió una batalla, era la voz de un campeón invencible.
David le dijo a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Vs.34-36.
Mi querido hermano si tu voz tiene descernimiento espiritual, si tu voz tiene fe, si tu voz tiene legalidad espiritual, tienes autoridad, en última instancia la voz de David era una voz profética.
David dijo a Goliat: Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.vs.46. Lo que David dijo aconteció ya.
Déjeme decirle una cosa, el pueblo de Dios no teme de nada, solo teme a su Dios. De allí parte la autoridad de la voz de los siervos de Dios. Ellos tienen legalidad de parte de Dios, su voz está llena de fe, autoridad y comunión con Dios.
¿Quién es el que está profetizando para usted? ¿Quién es el que está diciendo que algo le va a suceder? No se calle, no acepte maldición, no acepte desdicha, no acepte palabra de derrota. Usted es una voz profética para vencer. Usted está hecho para tener una voz llena de fe.
Esa es la voz que usted precisa en su vida, usted no acepte voces para determinar sobre su vida, no acepte lo que dice la gente. Recuerde: ¿Quién es usted? ¿A que Dios usted sirve?
¿Tal vez usted escuche? Aquí usted no tiene parte, diga: Si la tengo. Usted ya perdió, diga voy a vencer. Eso no es para usted, diga para mí es más que eso. No lo conseguirá, lo voy a conseguir.
Cambie la voz de la desdicha, calle la voz de la derrota, calle la voz de la maldición, la intimidación. Eleve su voz con autoridad, porque usted es un hombre, una mujer de Dios que vive en el mundo espiritual.
Tal vez escuches ya no hay remedio, no hay esperanza para tu sanidad. No te entristezcas si hay remedio, si hay sanidad para ti.
Ya no hay remedio para tus hijos. No te pongas triste, créelo porque si hay remedio para tus hijos. Ellos serán siervos de Dios, eleve tus oraciones con la voz de la fe que se cristaliza con realidades, o respuestas visibles de tu Señor.
Tal vez hay otras cosas negativas sobre tu esposa, marido o familia. Dios las convertirá en bendición.
Usted tiene que callar esas voces que quieren intimidar, interrumpir tus propósitos, calla esas voces del miedo o temor, las voces de amenazas, las voces de la duda, que simplemente son voces que quieren hacer desistir tu fe con el fin que no logre su cometido.
Calla la voz de la maldición y la desgracia. Supera y obra con lo excepcional de tu fe.
Recuerda la fe que espera no desespera
Reconoce que Jesús es el Mesías y tu Salvador.
Si el con nosotros quien contra nosotros. Actúa con la fe que vale, aquella fe que está ligada al amor y la esperanza, aquella fe que adora, y es sinónimo de obediencia.
Aquella fe que depende de aquel que nada es imposible para que lo realice (Lc.1:37).
¿Cuál es tu temor? Si eres hijo del Dios todopoderoso
Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.Sal.27:3.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.Sal.23:4
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Sal.91:1
Dios es tu socorro. No olvides el Sal.121 que dice: 1 Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? 2 Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.3 No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. 6 El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. 7 Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. 8 Jehová guardará tu salida y tu entrada. Desde ahora y para siempre.
Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta.
Haz callar la voz del enemigo, del temor, de la intimidación, de la maldición. La victoria de Cristo es tu victoria. Amé.
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