jueves, 9 de julio de 2020

TESTIMONIO

TESTIMONIO

 

Vs.46. “Hablaré de tus testimonios delante de los reyes y no me avergonzaré”

           “Hablaré de tus mandamientos y no me avergonzaré de tu palabra delante de los reyes”

Hoy hablaremos del TESTIMONIO.

Testimonio = Aseveración de una cosa, comprobación de la verdad de una cosa.

Testimoniar = Atestiguar, testificar, afirmar, asegurar, certificar.

Sinónimos = Atestación, declaración, deposición.

Antónimos = Refutación, impugnación, combatir.

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Todo lo que hemos hablado (Promesas, confianza, esperanza, lealtad y libertad) no puede quedar enclaustrado como una experiencia personal asolapada.

Ello tiene que dar frutos, y los frutos se ven, se hacen tangibles. Mejor dicho se pueden ver, conocer: Su variedad, calidad, etc.

El Señor Jesús dijo: Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? - Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos - No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Mt.7:16-18.

Stg.3:11-12 lo explica de esta manera: ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? -  Herma- nos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

Es bueno esclarecer un poquito esto de los frutos: Muchos sabemos algo de  los frutos y hasta disfrutamos de ello; pero muchas veces no conocemos el árbol oh el vegetal que lo engendra, menos conoceremos su interior y la firmeza oh fortaleza que tiene por sus raíces, etc.

Si usted conocería más de ese vegetal, podría conocer la razón de su estabilidad y todos sus beneficios.

Conociendo esto podríamos tener más aceptación y definición del vegetal y sus frutos.

Es exactamente de lo que hablaremos como consecuencia de la vida cristiana que está arraigada en las promesas de Dios, su confianza, su esperanza, su lealtad y su libertad.

Mejor dicho aseveramos, comprobamos y declaramos la verdad de Dios, en vez de impugnarla (Refutarla, rechazarla).

Esto se llama TESTIMONIO oh TESTIMONIAR.

Ahora no digo si entendemos ello, lo que quiero decir es. Debemos entender cabalmente lo que es en verdad Testimonio oh testificar.

Si así lo es seremos otra cosa, menos errantes de la verdad, hipócritas y falsos, oh puro blablá (Charlatanes).

El testimonio verídico consta de dos partes importantes: PALABRAS Y ACCIONES.

Esto necesita conocimiento y experiencia. Sin ello no se puede fundamentar las declaraciones, menos las acciones.

El Salmista convincentemente y sin duda alguna dice: “Hablaré de tus mandamientos y no me avergonzaré de tu palabra delante de los reyes”.

Aquí el testimonio primeramente no es de la persona si no de Dios y su palabra, aquel que lo ha cambiado oh bendecido a uno.

Usted no puede hablar nada acertadamente y con convicción de Dios y su palabra a menos que la conozca y la experimente. Solo el conocimiento y la experiencia nos dará autoridad para aseverar oh testimoniar acertadamente y convincentemente lo que es verdad.

Testimoniar oh ser testigo de algo oh alguien, es tener conocimiento y haber estado en el lugar de los hechos (esto es experiencia).

El salmista dice: “Hablaré” oh Dios lo que tú dices. Tú palabra. Tú ley, tus estatutos.

Y luego viene aquel hecho de valentía: “No me avergonzaré”. Esto significa ser parte del asunto, defender oh combatir ardientemente oh valientemente sin temores lo que uno cree y vive, esto es la verdad de Dios.

Cuando Jesús anunciaba su muerte dijo: Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. Mr.8:38.

El apóstol Pablo dijo: Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Ro.1:16.

También le dice a Timoteo: Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios - Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 2Ti.1:8,12.

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 2 Ti.2:15.

Nuestro Señor Jesucristo no se avergüenza de llamarnos sus hermanos. He.2:11.

Dios no se avergüenza de llamarse Dios nuestro. He.11:16.

¿PORQUE AVERGONZARNOS NOSOTROS DE DIOS NUESTRO HACEDOR Y SALVADOR?

Solo podría ser porque no lo conocemos, no hemos experimentado su amor, para que así en cualesquier circunstancia oh situación podríamos decir como el profeta Jeremías:

“Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente  metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude – Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza - Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada. Jer.20:9-11.

Mis hermanos: La esperanza no nos avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Ro.5:5.

La biblia dice: Y el que creyere en él, no será avergonzado -Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación - Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Ro.9:33,10:10,11.

La vergüenza es producto del pecado: Recuerdan a Adán y Eva al principio de la creación. Gn.3:7-10.

Cuando los creyentes se avergüenzan de llamarse hijos de Dios oh testificar la Palabra de Dios. Lo más probable es que esté en pecado, ha infringido la ley de su Dios. 1Jn.3:4.

1° de Pedro 3:15-17,4:16-19 dice: Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros - teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo - Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. - Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios  por ello -  Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? - Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? - De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.

Amado hermano habla la Palabra de Dios como el salmista y no te avergüences de ella.

Habla en cualesquier tiempo y circunstancia como dice el apóstol Pablo: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino - que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina - Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias - y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas - Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio - Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano - He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe - Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 2Ti.4:1-8.

No te de temor, reprende al miedo, cree en las promesas de tu Dios, aunque estés delante de los reyes oh gobernantes.

Recuerda Mt.10:16-20 cuando dice. He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas - Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán - y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles - Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar - Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

Sigue el ejemplo de Jesús ante los hombres. Su meta era ser leal a su alimento: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. Jn.4:34.

Sigue el ejemplo de aquellos hombres que dieron su vida por ser leales a su Dios y a su palabra.

Sigue el gran ejemplo del apóstol Pablo ante el rey Agripa. Habla con decencia, prudencia, inteligencia y sabiduría; pero sin perder la lealtad a tu Dios.

Testifica lo que Dios es y hace; también lo que Dios ha hecho y hace en ti como el apóstol Pablo frente al rey Agripa cuando dijo a Pablo: “Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó así su defensa: - Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti de todas las cosas de que soy acusado por los judíos - Mayormente porque tú conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.

Hch.26:4-8 dice: Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos - los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo - Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio - promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos - ¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos?

Expresa: “Hablaré de tus testimonios delante de los reyes y no me avergonzaré” Sal.119:46.

Para cuando el Señor nos llame diga: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”

Quiero terminar con estas palabras de mi Señor: Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados - Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.

Solo se puede ser justo y hacer justicia cuando guardamos la palabra de Dios.

Testimoniar es ser testigo; pero testigo verdadero y de la verdad; para ello no debemos olvidar que debemos estar anclados en la promesa, confianza, esperanza, lealtad y la libertad de Cristo.

Amén.

                                         Dios le bendiga.

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