jueves, 9 de julio de 2020

¿CUÁL ES TU ADN O TU MARCA GENÉTICA COMO HIJO DE DIOS?




¿CUÁL ES TU ADN O TU MARCA GENÉTICA COMO HIJO DE DIOS?

El día que aceptaste a Cristo, naciste de nuevo y tu ADN dice que eres hijo de Dios.

El ADN nos caracteriza que somos hijos de Dios y discípulos de Cristo. Jn.13:35,14:15,1Jn.4:7-8.

El amor es nuestra marca genética. Escuche esto, el ADN es una molécula que se encuentra en todas las células de los seres vivos. Ella pasa información de generación en generación, y va a determinar sobre la característica de cada especie (Conjunto de personas o de cosas semejantes entre sí por tener una o varias características comunes).

Pregunto: ¿Usted sabe cuál es nuestra especie? Es, hijos de Dios.

¿Cuál es nuestra especie? Hijos de Dios.

Esto está en tu ADN. El día que aceptaste a Cristo, naciste de nuevo (Jn.1:12-13,2Co.5:17, Gá.3:26), y tu ADN dice que usted es hijo de Dios.

Entonces usted tiene características de su Padre Celestial.

La biblia dice en 1Jn.4:8 que Dios es amor. La esencia del carácter de Dios es amor. No dice que Dios ama, dice que Dios es amor.

En Ef.5:1-2 dice: Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados - Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

Jn.13:35 dice: En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Col.3:14 dice: Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. 

Recuerde esto: Bondad sin amor es incompleta. Misericordia sin amor es incompleta. Perdonar sin amor es incompleto.

El amor es el vínculo que le da sentido espiritual a todo lo que hacemos. Porque eso es la marca prominente del carácter de Dios. Y como hijos de Dios nuestra marca genética es el amor de nuestro Padre celestial.

Respóndame usted ¿cómo es que podemos ser hijos de Dios, si no tenemos compasión por los pecadores?, sino amamos a las personas perdidas ¿Qué clase de hijos de Dios somos? que no amamos a los parias, a los necesitados. No movemos lo mínimo para expresar nuestro amor a los necesitados. ¿Qué amor es eso, que no hay compasión? ¿Qué amor es ese que no libera perdón? ¿Qué amor es ese que no manifiesta bondad, misericordia?

El amor de nuestra marca genética es el “Ágape”, el  amor de sacrificio, el amor de Dios, el amor que no busca su interés, el amor que no se acaba, que todo lo soporta, que todo lo sufre (1Co.13). Es ese el amor que usted y yo tenemos que manifestar, sino mi hermano, podemos ser cualquier cosa menos hijos de Dios.

Piense, medite un momento y reaccione ¿Qué amor estamos manifestando?

Hay gente en la iglesia que no habla con su hermano, no lo saluda, está criticándolo, etc.,

¿Qué amor es ese mi hermano? De esa manera no predicamos un evangelio para nadie.

Nuestra marca no es el tamaño o cantidades de glorias a Dios, ni simplemente decir yo te amo.

Nuestra marca no son los gritos en la iglesia. Nuestra marca no es caminar con la biblia bajo el brazo, no es decir yo tengo palabra de fe y todo el mundo gusta de mí.

Nuestra marca no son las lenguas extrañas que hablamos.

Nuestra marca es el amor, nuestros genes deben estar llenos de amor, y el mundo solo nos reconocerá, si somos de Dios por esa marca: El amor.

Jesús dijo: En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Jn.13:35.

El amor vinculado con la unidad es una señal que hace conocer que Jesús es el enviado de Dios (Jn.17:23).

La marca verdadera del cristiano es el Amor. Mi marca es tu marca.

Eso es lo que vale mi hermano. El resto es adorno, el resto es fantasía. El resto pasará pero el amor es lo mayor, nunca deja de ser. (1Co.13:13).

Por eso dice la biblia que sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Col.3:14.

Dios es amor, Dios es Espíritu, y para los que están unidos a Dios en Jesucristo por su gran amor que los amó, no hay ninguna condenación, porque estos no andan conforme a las obras de la carne (Gá.5:19-21), sino conforme al Espíritu de Dios, conforme a la voluntad de Dios, y aman a Dios. Ro.8:1.

Recuerde que el primer fruto del Espíritu (Dios) es: Amor, luego sigue gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gá.5:22,23.

Este fruto lo produce Dios, y este fruto es indivisible, que como primer resultado nuestra actitud hacia Dios concierne de: amor, gozo y paz.

La segunda actitud tiene que ver con nuestras relaciones sociales: Paciencia, benignidad y bondad. Y el tercer grupo describen los principios que guían la conducta cristiana: Fe, mansedumbre y templanza.

Este fruto es muy contrario a las obras de la carne, obras que destruyen la vida de los hijos de Dios y por ende a toda la humanidad.

Estos hechos  u obras de la carne se categorizan en actos o pecados: Sexuales: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia. vs.19.

Pecados relacionados con las religiones paganas: Idolatría, hechicería.vs.20.

Pecados del temperamento o carácter: Enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios. Y pecados de ebriedad: Borracheras, orgías.

El texto termina diciendo: y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gá.5:19-21.

El amor de nuestro Padre Celestial es nuestra marca genética, y por tanto buscaremos agradar a Dios nuestro Padre, viviendo de acuerdo al Espíritu y crucificando nuestra naturaleza carnal con sus pasiones y sentimientos egoístas (Ro.8:4, Gá.5:24).

El amor de Dios que está en nuestros genes nos hace seguir la ruta que el Espíritu nos ha abierto, haciéndonos caminar en una nueva vida creados según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Gá.5:24, Ef.4-:24)

Los que no aman a Dios piensan en las cosas de la carne, pero los que aman a Dios o son del Espíritu, piensan en las cosas del Espíritu (Ro.8:5).

En Ro.8:6-14, hay una cualificación de la carne y del Espíritu, haciendo relación de aquellos que no tienen los genes del amor de Dios, y aquellos que son hijos de Dios. Esto es una buena indagación para finiquitar asegurando nuestro nuevo nacimiento y nuestro ADN que asegura que somos hijos de Dios, diciendo: 6 Porque el ocuparse de la carne (naturaleza humana) es muerte, pero el ocuparse del Espíritu (Dios) es vida y paz. 7 Por cuanto los designios de la carne (naturaleza humana) son enemistad contra Dios (Espíritu); porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los que viven según la carne (naturaleza humana) no pueden agradar a Dios (Espíritu). 

9 Más vosotros no vivís según la carne (naturaleza humana) sino según el Espíritu (Dios), si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne (naturaleza humana), para que vivamos conforme a la carne; 13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

 ¿Cuál es tu ADN o tu marca genética como hijo de Dios? El amor.

Es propicio para recordar la lección pasada, sobre la enseñanza: ¿Sabe usted quien es y quien no es? Usted es un hijo (a) de Dios, esto lo lleva gravado en su alma, en su cuerpo y en su  espíritu.

El ADN de su Padre Celestial es la marca que lo identifica y la garantía que somos propiedad privada de Dios y esperar el día glorioso de la redención. Ef.1:13-14.

Antes de terminar recordemos estas cinco últimas verdades que hemos explicado (de la N°8 a la N° 12) y guardémoslas en nuestro corazón para ponerlas por obra:

1.   Sin salud emocional es imposible la santificación.

2.   Encare las adversidades de la vida como oportunidades para algo mayor, y no como un impedimento para el desarrollo de su vida.

3.   Una persona de carácter se niega a tener autoridad sobre alguna cosa que el Señor no se hace responsable (no ha ordenado).

4.   Callemos la voz de la intimidación, elevando nuestra voz llena de fe.

5.   Nuestra marca genética es el amor.

Amados hermanos démosle apertura al amor de Dios por las almas, y pensemos en la evangelización. Llenémonos de amor por la evangelización y el servicio. Las almas están sedientas del amor de Cristo.

Las posesiones no deben ser nuestras prioridades, sino bendecir a nuestra nación, a la humanidad.

Dios quiere hacerte un canal de bendición, y no un estanque de posesiones enmohecidas.

Sea un hombre, una mujer con dignidad y discernimiento espiritual, entienda que la fuente de todo es su Padre Dios.

Hermano, no es si usted no tiene. Es si usted está listo para dar y cumplir la misión, y predicar.

Dios no trabaja con los que tienen, sino con los que están listos para expresar su amor y dar.

Solo usted espere en Dios. Él es real, su Palabra es verdad, sus promesas nunca fallan, así como su presencia.  Amen.

 

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