LA DICHA DE SER CORREGIDO
(Corregir = enmendar lo errado, rectificar, susanar, advertir, amonestar, reprender, mejorar de conducta)
Corrección es una palabra que de principio suena feo….
Pero corrección es una necesidad que no se puede obviar para aquellos que aman al Señor.
No se puede alcanzar metas sin corrección. Es esta la que nos hace enmendar nuestros errores.
A través de la corrección rectificamos o subsanamos y advertimos los fracasos. La corrección mejora nuestra conducta, y podríamos decir, quien es corregido divinamente es: Bienaventurado o feliz, perfeccionado (maduro) y amado.
1. ¿Por qué uno es bienaventurado o feliz cuando Dios nos corrige? La Biblia dice: “Bienaventurado o feliz el hombre a quien tú, JAH, corriges, y en tu ley lo instruyes”. Y el vs. siguiente dice: Para hacerle descansar en los días de aflicción, en tanto que para el impío se cava el hoyo” (Sal.94:12,13).
Job dice: “He aquí bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga (corrige), por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso – Porque él es quien hace la llaga,y él la vendará, él hiere y sus manos curan – En seis tribulaciones te librará,y en la séptima no te tocará el mal – En el hambre te salvará de la muerte,y del poder de la espada en la guerra – Del azote de la lengua serás encubierto, no temerás la destrucción cuando viniere – De la destrucción y del hambre te reiras,y no temerás de las fieras del campo”. (Job.5:17-22).
El que obedece al concejo es sabio. Pr.13:15.
La bienaventuranza de ser corregido en Cristo repercute para la santa eternidad.
2. ¿Por qué uno se perfecciona o madura cuando Dios nos corrige? La Biblia dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios,y útil para enseñar, para redarguir,para corregir, para instruir en justicia – A fin de que el hombre de Dios sea perfecto (maduro) enteramente preparado para toda buena obra” (2Ti.3:16,17).
El Sal.119:1,2 dice: “Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová – Bienaventurados los que guardan sus mandamientos”.
Esta vida de perfección o madurez espiritual nos da confianza para escuchar estas palabras: “Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo, el que ande en el camino de la perfección, este me servirá” (Sal.101:6).
Ef.4:11-16 dice: “EL mismo Señor constituyó a unos apóstoles, ah otros profetas,a otros evangelistas, ah otros pastores y maestros – A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo – Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,a un varón perfecto,a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo – Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagemas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error - Si no que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es Cristo – De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre si por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
El apóstol Pablo dice: “Estando pronto para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta” (2Co.10:6).
El fin de la corrección divina solo es llevarnos a la madures o perfección o plenitud de cristo.
3. ¿Por qué uno es amado cuando es corregido? La Biblia dice: “Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mió, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él – Porque el Señor al que ama disciplina (corrige) y azota a todo el que recibe por hijo” (He.12:5,6).
Esta es la grandeza de Dios. Su AMOR. Si lo manifestó al mundo como dice, Jn.3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” Como no lo ejecutará para glorificar a sus hijos.
Pr.3:12.dice: “Jehová al que ama castiga (corrige) como el padre al hijo a quien quiere”.
La corrección de Dios es muestra de amor para perfección, y esto es a los que le aman, como dice: Pr.8:17. “Yo amo a los que me aman, y me hayan los que temprano me buscan”.
He.12:7 - 8 nos esclarece un asunto relevante que es paralelo al deber y derecho de un padre terrenal, diciendo: Entonces soporten esos sufrimientos como se acepta la disciplina de un padre, porque Dios lo hace como un padre que corrige a sus hijos - Si Dios no los disciplinara, significaría que ustedes no le importan. Cuando un padre no corrige a sus hijos es porque realmente no los considera sus hijos.
La corrección en la casa del Padre (su reino – su Iglesia), solo es expresión de su santo amor, con el fin de madurar espiritualmente y alcanzar la perfección de Cristo.
Concluimos diciendo:
No amar la instrucción (corrección) o aborrecer la reprensión es ignorancia, y amarla es ser sabio. (Pr.12:1).
Reprender (corregir) al escarnecedor (burla, afrenta) y al impío es acarrearse problemas y odio; pero corregir al sabio es hacerse amar, y si le damos más enseñanza será más sabio o aumentará su saber. (Pr.9:7-9).
Dios siempre está tras la corrección de su pueblo: A Jerusalén le dice: Corrigete para que no se aparte mi alma de ti, para que no te convierta en desierto en tierra inhabitada. (Jer.6:8).
En Lv.26. Dios esclarece su bendición y su retribución diciendo: Al que no atendiere su corrección le irá mal, y al que atendiere su corrección le irá bien. Aquí hay tres repeticiones que Dios dice:
- Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados. vs.21.
- Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición – Yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré siete veces por vuestros pecados. vs.23, 24.
- Si aun con esto no me oyereis, sino que procederéis conmigo en oposición – Yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aun siete veces por vuestros pecados. vs.27, 28.
Tenemos que atender y aceptar su corrección amorosa, y ella viene y es hecha con misericordia y verdad (Pr.16:6). De la misma manera es hecha con mansedumbre (2Ti.2:25,26).
Es bueno mencionar la comisión que el apóstol Pablo le hace a Tiíto un hombre con la dicha de ser corregido y listo para corregir, diciendo: “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos (lideres) en cada ciudad, así como yo te mandé” (Tit.1:5-9).
La mayor tarea es de corregir lo deficiente. La encomienda para Tito era la de enderezar o corregir lo torcido en la iglesia. En verdad esta es la corrección divina usando los medios (siervos).
La forma que Pablo sugiere para enderezar lo torcido en Creta es la designación de ancianos (creyentes maduros). Sin embargo, no se acepta cualquier hombre que simplemente busca el privilegio de serlo tan solo por serlo. Se establecen requisitos específicos para tales personas.
La solución al problema se encuentra en líderes ejemplares, hombres rendidos al Señor en cuyas vidas se observa algo diferente a los demás. No se conforman a las mismas normas que el mundo sigue. No dejan que el mundo les obligue a imitar su propio estilo de vida. Estos líderes demuestran lo que el cristiano puede y debe ser (creyentes maduros). De otra manera, no resolverán el problema o serian deficientes para corregir.
La solución no es un grupo de políticos eclesiásticos. No es cuestión de nombrar a la gente más popular de la iglesia. Por eso, Pablo no instruye a Tito a convocarles a elecciones. Le dijo que él designara o nombrará a la gente indicada en cada pueblo, y le dio requisitos (Tit.1:5-9,1Ti.3:1-7).
Los versículos siguientes describen la clase de líder que se necesita en la iglesia, para resolver el problema del cristiano frente a un mundo pagano que dice ser religioso.
La única solución es tener hombres o lideres ejemplares. “El que fuere irreprensible”. Solo así se puede uno corregir, o corregir amorosamente a otros por la gracia de Dios.
Estar listos para corregir es un privilegio, pero ser corregido es una dicha inmensurable. (Que no se puede medir). Por eso el Pr.13:18, dice: “Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el concejo, más el que guarda la corrección recibirá honra”
Amén.
Dios te bendiga
Jorsaaleza
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