ORACION, PALABRA Y RECEPCIÓN
1Ts.2:13-16.
Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la Palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la Palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. 1Ts.2:13.
Que importante es reconocer que la oración como vínculo de la Palabra de Dios, inspira coraje, valentía y arrojo, a tal modo que la autoridad del creyente se vuelve una saeta llena de amor y es recibida en el corazón humano, convenciéndolo de pecado y transformándolo en una nueva vida.
Voy a mostrar en este verso tres virtudes indispensables para ver gloriosos resultados en las vidas convertidas al Señor: Oración, Palabra y Recepción.
1. ORACIÓN. Pablo escribiendo esta carta a la iglesia del Señor hace conocer el propósito de su gratitud en oración diciendo: Siempre damos gracias a Dios por la manera en que ustedes aceptaron el mensaje de Dios, porque no lo recibieron como palabras humanas. Lo recibieron como es en realidad: La Palabra de Dios, y ese mensaje está actuando con poder entre ustedes los que creen.
¿Qué siervo de Dios no estará contento al ver resultados extraordinarios en las vidas de las gentes que se convierten a vivir el evangelio de Cristo?
Nosotros sabemos que Pablo era un hombre de oración, y su enseñanza sobre ella era que deberíamos orar sin cesar o ser constantes, y agradecidos. (Ro.12:12,1Co.7:5, Col.1:9,4:2-4,1Ts.5: 17,1Ti.2:1, Ef.6:18).
En la biblia tenemos muchos ejemplos de grandes milagros antecedidos por grandes oraciones. Cuando digo grandes oraciones no me refiero a excelentes palabras rítmicas, o palabras de la alta alcurnia. A lo que me refiero es, a corazones quebrantados y humillados ante su Dios, aquel de quien dice David: Al espíritu quebrantado, al corazón humilde y arrepentido no despreciaras tú oh Dios.Sal.51:17, 2Cr.7:14.
Un cristiano sin oración es una gran bomba pero sin eficacia, es puro trueno.
El hijo de Dios, el que sirve a Dios, sabe que si no ora el diablo se lo devora, y si no ayuna el diablo se lo desayuna.
El hombre de Dios jamás se reusará a orar, él sabe que su autoridad necesita de la virtud de la oración, la misma que le impulsa a moverse en lo que Dios le ha dado, espíritu de coraje, valor, poder, amor y dominio propio (2Ti.1:7).
Pablo en su oración, demostraba agradecimiento porque los tesalonicenses recibieron la Palabra de Dios, tal cual Verdad lo es. La muestra de ello era que las vidas de estos creyentes eran transformadas a tal modo que su fe, su amor, y su esperanza no escatimaron esfuerzos para:
Renunciar a la idolatría y decidir servir al Dios verdadero.1Ts.1:9.
Para imitar a los apóstoles en su sufrimiento por causa del Señor.1Ts.1:6,2:14-16.
Para convertirse ejemplo de los creyentes en el cuerpo de Crsito.1Ts.1:7-10.
Para ser predicadores en cumplimiento de la gran comisión.1Ts.1:8.
Estos creyentes supieron conjugar la realidad de su fe con sus obras (Stg.2:14-22). La realidad de su amor con la obediencia a la Palabra de Dios; y la realidad de su esperanza con la promesa que daría paso a la consumación de nuestra fe: “Esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos librará de la ira venidera”
Que importante es la reflexión de este pasaje sobre el propósito de la oración, por los efectos de la Palabra de Dios en el corazón de los hombres.
Ese es el fin: Que el mundo reconozca a Dios por su Palabra, y que las vidas sean transformadas de las tinieblas a la luz admirable (1P.2:9), a tal modo que llamen la atención no por la moda de este mundo, sino por su modo santo de vivir en este mundo.
2. PALABRA.
Es vano referirse a palabras humanas cuando Dios habla, y el mundo entero sabe que las Sagradas Escrituras son Palabra de Dios. La palabra a la cual nos referimos en este texto, es a la Palabra de Dios.
Cuando la oración nace de la Palabra de Dios no pude perder su horizonte, ella marca el compás y el blanco de su propósito, encaminada por el Espíritu Santo (Jn.14:26,16:13,16:7-8)
Pablo como siervo de Dios era imposible que no esté algarabiado por la actitud de estas personas que cuando recibieron la Palabra de Dios por sus labios no la recibieran como palabra de hombres, sino según es en verdad, la Palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.
Dios nos ha puesto en este mundo específicamente para hablar en exclusiva todo su consejo o su Palabra, sin acepciones. (Hch.20:27, Ez.3:16-21).
Nadie tiene el derecho de quitar o agregar a lo que Dios ha dicho o dice.
Una de las decepciones y disminuciones de la plenitud de la experiencia y el ministerio por el cuerpo de Cristo, a menudo comienza cuando hombres y mujeres predican solo una parte de todo el consejo de Dios.
Pablo aunque hombre pero como siervo de Dios (Gá.1:1), dejó muy sentado que lo que predicaba y enseñaba era Palabra de Dios, exactamente los tesalonicenses dieron testimonio de esto. No simplemente por el compungir de escuchar el mensaje, sino porque Dios mismo estaba cumpliendo su propósito en esas vidas, las cuales dieron testimonio con actos dignos de un buen comportamiento.
Habían nacido de nuevo, estaban dispuestos a perder sus vidas por causa del evangelio de su Señor, y renunciaros a todos los estorbos del mundo para consagrarse y vivir una vida santa.
Un siervo de Cristo debe estar dispuesto a reconocer que toda la Escritura es Palabra inspirada por Dios, y tiene el propósito de perfeccionar, o preparar enteramente al hombre para toda buena obra (2Ti.3:16-17,2P.1:21).
La Palabra de Dios es el instrumento que Dios usa por medio de sus siervos para la salvación, santificación y perfección de los santos (Ef.4:11-15).
La Palabra de Dios en obediencia es la que santifica, o nos convierte en santos.Jn.17:17.
Ella es viva y eficaz, es como espada de dos filos que penetra el alma y el espíritu, las coyunturas y los huesos, y juzga los pensamientos y los sentimientos de nuestro corazón. He.4:12.
Pablo hace ver a los creyentes, que la Palabra de Dios es el instrumento para imitar a la iglesia de Dios en Cristo, y revelarnos también el extremo de la maldad de los hombres, a tal modo que la ira de Dios se derramará sobre ellos (1Ts.2:14-16).
Sin Palabra no hay Dios, y sin Dios no hay vida, y sin vida nada existe. Amén.
3. RECEPCIÓN.
La recepción es el acto de recibir lo que alguien nos da.
El agradecimiento de Pablo estaba lleno de alegría porque la Palabra que obraba en él estaba obrando en los otros.
El verso dice que los tesalonicenses recibieron la palabra de Pablo no como palabra de hombre, sino según es en verdad, la Palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.
Quienes de los que servimos a Dios no podemos imitar a Pablo en su gozo, que cuando predicamos la Palabra de Dios es recepcionada en los corazones, unos para crecer en santidad y otros para ser salvos de esta perversa generación.
Cuando la Palabra de Dios es predicada por un santo, tal cual es en Cristo, suceden cosas maravillosas.
Después de la muerte de Esteban en la gran persecución de la iglesia primitiva, muchos fueron esparcidos, y Felipe descendió a Samaria y predicaba a Cristo, y los samaritanos recepcionaron la Palabra de Dios, y los resultados fueron estupendos.
La biblia dice: La gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía - Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados - así que había gran gozo en aquella ciudad.Hch.8:6-8.
Pedro en su primer mensaje predicando la Palabra de Dios a miles de almas, les presentó a Cristo, y los llamó al arrepentimiento, y se compungieron de corazón, y recepcionaron la Palabra de Dios en sus vidas, las mismas que fueron transformadas por las promesas y los actos o procesos de la sana doctrina (Hch.2:36-47).
El fin o el propósito de Dios en el corazón del hombre, es que el hombre recepcione su Palabra, para que sea santo como Dios es santo (1P.1:15-16)
Dios mismo se encargará de santificar por completo; todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, para ser guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1Ts.5:23.
El testimonio del apóstol y de los macedonios (1Ts.1:6-9) sobre la vida de los creyentes tesalónicos, era indudable que la Palabra de Dios había actuado con poder, cambiando la vida de estos creyentes.
De allí una vez más a lo que Pablo dice: Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la Palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la Palabra de Dios, la cual actúa (se mueve con poder) en vosotros los creyentes.
Oración, Palabra y recepción son hechos congruentes de la verdadera prosperidad divina.
Espero que este mensaje les haya sido de mucha bendición para examinar sus vidas y sus predicaciones, al margen totalmente de la Palabra de Dios, la oración, y el fin receptivo de los corazones, a tal modo que estoy convencido del Dios que empezó la buena obra entre ustedes, la continuará hasta completarla el día en que Jesucristo regrese.Fil.1:6. Amén.
Jorsaaleza.
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