PROPOSISIÓN Y COMPROMISO PARA VIVIR EN LA VERDADERA JUSTICIA
Sal.119:33-40
1ª PARTE
Dios
ha dado su palabra con integridad y santa pureza a los hombres.
Dios
respeta el libre albedrio del hombre que incluye sus deseos, y aun sus
propuestas.
De
esto depende mucho su condición y estado moral, social y espiritual.
Sin
embargo, la revelación bíblica siempre está inclinada a volver el corazón del
hombre hacia Dios.
Hoy
veremos exclusivamente la expresión de ser libre con un acto de proposición,
bajo compromiso a Dios quien está atento para responder a un corazón que anhela
su justicia.
Así
que hoy, veremos en cada uno de estos versos del Sal.119:33-40 las propuestas y
compromiso de un hombre que anhela justicia oh fidelidad, ante su Dios, hacedor
y Señor.
Vs.33. Enséñame, oh
Jehová, el camino de tus estatutos, y los
guardaré oh seguiré hasta el fin.
Aquí
encontramos el anhelo ardiente de un hombre como este salmista, que escribe
este salmos 119. Sin embargo, queremos compartir que no se conoce específicamente
el nombre del autor.
Algunos
dicen que probablemente vivió en el siglo quinto, y era un ardiente discípulo
de la escuela de Esdras.
Lo
que queremos remarcar en este verso, es el deseo profundo de aprender los
estatutos oh la ley del Señor; es por eso: La propuesta, proposición oh el
proponerle a Dios: Enséñame el camino de tus mandatos y los guardare hasta el
fin.
La clave que propone este
hombre es: Enséñame (Instruir, indicar, dar señas de una
cosa. Mostrar algo, acostumbrarse a una cosa).
Esto es un buen
principio para un buen fin. Sin embargo, la enseñanza oh el
aprendizaje sin compromiso u obligación contraída, que tiene que ver con una
promesa; está incompleta, y podríamos decir que muchas veces es fatal. (Se
vuelve uno fariseo).
La
enseñanza que nos da Dios por medio de este siervo, es exactamente lo que todo
hombre de Dios debe hacer. Tener un compromiso responsable oh estar obligado a
cumplir sus compromisos, como dice el salmista: “Y los guardaré oh
seguiré hasta el fin”.
Si
le propones a Dios que te enseñe, no dudes que él lo hará. La biblia está llena
de esta virtud divina, directa e indirectamente. Dt.4:5,6, 36, Nhe.9:19, 20,
Sal.71:17, Is.48:17-19.
El Señor dice: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré
cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jer.33:3.
Lc.12:12 dice: Porque el Espíritu Santo os enseñará en la
misma hora lo que debáis decir.
Jn.6:45, 14:26, Ro.12:7,
1Co.2:13, 11:23, 15:3, Gá.6:6, Tit.1:9.
Para eso está
la palabra de Dios, como dice 2Ti.3:16,17. Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra.
En Esd.7:10,11 vemos un gran proceso para un hombre capaz, cuando
dice: “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová
y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos - Ésta es
la copia de la carta que dio el rey Artajerjes al sacerdote Esdras, escriba
versado en los mandamientos de Jehová y en sus estatutos a Israel”.
Nunca una
enseñanza a un buen corazón, queda relegada oh estática como un adorno inerte;
sino que actúa oh se obliga al cumplimiento de sus compromisos. Así vemos en
todo el trajinar bíblico.
Son estos los hombres
y mujeres que trastornan el mundo entero (Hch.17:6).
Terminamos
esta explicación diciendo: Si te propones a servir y ser enseñado por Dios, no
dudes en cumplir tus promesas hechas u obligaciones contraídas. Amén.
Vs.34. Dame entendimiento, y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón.
Cuando
uno gusta de la benignidad del Señor, desecha toda malicia, todo engaño,
hipocresía, envidia y todas las detracciones (maldiciones, hablar mal de otro),
y desea como niño recién nacido la leche espiritual no adulterada para que por
ella crezcáis para salvación – si es que habéis gustado la benignidad del
Señor. 1P.2:1-3.
Cuando
uno conoce al Señor la ineficiencia oh necesidad humana, nos hace anhelar oh
desear profundamente más y más las cosas inefables de la santa divinidad.
La enseñanza y
la actitud de poner por obra lo enseñado, nos
pide cada vez más luz. Eso es continuar proponiéndole en nuestras suplicas al
Señor y decirle como este hombre que dijo: “Dame
entendimiento oh ilumíname Señor”
Este
acto vivifica la mente humana, en virtud de la cual se puede entender verdades
ya reveladas; mejor dicho por verdades ya reveladas se entiende las enseñanzas
de las sagradas Escrituras.
El
gusto inefable, oh el sabor sublime de la voz y la virtud del Señor (entendimiento)
hace que nuestro corazón se incline a él, y con más profundidad suplicamos al
Señor que satisfaga nuestra necesidad; comprometiéndonos con ello a cumplir su
santa voluntad.
Si le pedimos
iluminación oh entendimiento y de esto disfrutamos, debemos
aprovechar el todo, para que nuestra propuesta tenga valor, y eso es tener
metas que nos comprometan al deber obligatorio de nuestras propuestas.
En
este caso diremos con ese espíritu del salmista: “Dame entendimiento para
obedecer tus enseñanzas, oh lo aprendido, y
las cumpliré de todo corazón”
Si
le propones a Dios que te ilumine oh te de entendimiento, él lo hará.
Una
vez más repetimos, que la biblia está llena de esta virtud divina.
(Entendimiento = Iluminación, alumbrar, conocimiento, inteligencia, sabiduría).
En Ef.1:17-19 el apóstol Pablo pidiendo sabiduría y
revelación para los creyentes de Éfeso dice: Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo,
el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el
conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que
sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la
gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su
poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su
fuerza. (Puedes seguir los versos 20 al
23).
David dijo: Tú eres mi lámpara, oh Jehová; Mi Dios
alumbrará mis tinieblas - Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios asaltaré
muros – En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de
Jehová. Escudo es a todos los que en el esperan. 2S.22:29-31. (Puedes seguir hasta al
verso 41).
Esd.9:8,Sal.19:8,34:5,119:104,130,Pr.2:3-6,3:13-18,4:5-9,19:8,Dt.4:6,34:9,
Ecl.8:1, Sal.51:6.
A Daniel y sus
amigos Dios le dio gran conocimiento oh entendimiento.
Dn.1:17,20 dice: A
estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras
y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños - En todo
asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez
veces mejores que todos los magos y astrólogos que
había en todo su reino.
El apóstol
Pablo también pide en oración a
Dios para que los creyentes colosenses reciban
conocimiento y sabiduría, cuando dice: Por lo cual también nosotros,
desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que
seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia
espiritual - Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo,
llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios. Col.1:9,10.
Pedro dice: Vosotros también, poniendo toda diligencia
por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento. 2P.1:5.
Salomón pide
sabiduría (inteligencia) a Dios, y dijo: Dame ahora sabiduría y
ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar
a este tu pueblo tan grande? - Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en
tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te
quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y
ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey -
sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria,
como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los
que vengan después de ti. 2Cr.1:10-13.
En
1R.3:28,4:29. Encontramos las
palabras: Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al
rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar - Y Dios dio a
Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena
que está a la orilla del mar.
Stg.1:5-7. Y si alguno de
vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada - Pero pida con fe, no dudando
nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por
el viento y echada de una parte a otra – No piense, pues, quien tal haga, que
recibirá cosa alguna del Señor.
Debemos
recordar que el Temor del Señor es la sabiduría oh inteligencia.
Job.28:28, Sal.11:10, Pr.1:7,9:10.
Job dice: ¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O
quién dio al espíritu inteligencia? Job.38:36.
El evangelio
debe ser predicado con sabiduría e inteligencia divina, oh espiritual.
2Co.1:12.
Porque nuestra gloria es ésta: El testimonio de nuestra conciencia, que con
sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de
Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros. Otros textos
que nos ayudan al asunto.1Co.1:24,2:13.
Ef.5:14-17. Por
lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te
alumbrará Cristo - Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino
como sabios - aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos - Por
tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la
voluntad del Señor.
Necesitamos
sabiduría e inteligencia divina porque si no, pasa lo que dice:
1Co.8:1. En
cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento.
El conocimiento envanece (nos hace creer importantes), pero el amor edifica (nos
hace crecer espiritualmente).
Os.4:6. Mi
pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el
conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y
porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.
Cuando leemos
Lc.24:45-47 encontramos un
milagro de iluminación sobre los discípulos quienes iban en camino a Emaús. Y Lucas dice: Entonces les abrió el entendimiento, para que
comprendiesen las Escrituras - y les dijo: Así está escrito, y así fue
necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día -
y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en
todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
Es exactamente
con esta iluminación oh entendimiento de Dios, que nuestras propuestas están
obligatoriamente comprometidas y debemos hacerlas vida en nuestro ser.
Terminamos
enfatizando: Si a Dios proponemos dadivas, o pedimos iluminación, oh
entendimiento; sin duda alguna debe ser para obedecer de todo corazón. Amén.
Vs.35.
Guíame por la senda de
tus mandamientos, Porque en ella tengo mi voluntad.
Es igual a decir guíame por tu senda,
Porque en ella me siento a gusto. Oh dirigirme y me deleitaré.
La grandeza de la enseñanza impacta el
corazón que a la vez suplica iluminación (entendimiento) y dirección para cumplir
la ley (P de Dios) de todo corazón y vivir a plenitud (gusto) la vida en el Señor.
El salmista en el proceso
de su perfección, sabe que la dirección perfecta está en la ley de Dios; por
ello que su suplica es “Guíame por la senda de tus mandamientos”.
Cuando leemos el Sal.19:7-11 tal vez podamos
entender su grandeza cuando dice: La ley de Jehová es perfecta, que convierte
el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los
mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de
Jehová es puro,
que
alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los
juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más
que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.
Sobre esta grandeza fluida a nuestro
corazón ¿Quién
no propondrá confiablemente “Guíame en tus sendas?.
Esas fueron las
palabras del salmista, hombre de Dios; las mismas que hoy las hacemos nuestras
y decimos de todo corazón “Guíame en tus sendas Señor”.
Un
corazón con esta experiencia gloriosa y eficaz del poder de la palabra de Dios, nunca podrá
resistirse ante su Dios solo a experimentar, sino también explotará expresando
con libertad el gusto y la felicidad que se siente y se vive cuando uno hace la voluntad de su
Dios.
De allí las palabras
del hombre con esta experiencia oh vida: “Porque en ellas tengo mi voluntad oh
me siento a gusto”
Mi amigo y hermano quien es sabio en la vida,
solo tendrá un punto de partida y llegada o final, para comenzar y terminar en
su Dios: Esto es la Palabra de Dios; y como dice el Señor: Yo soy el Alfa y la
Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Ap.22:13.
Vale la pena esclarecer sobre la sabiduría oh
quien es sabio, como dice Stg.3:13-18. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?
Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis
celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra
la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino
terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay
perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es
primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y
de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se
siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
Si le propones a Dios que te guie no dudes
que él lo hará. ¿Quién se podrá resistir a expresar el gozo, oh el gusto de
vivir en la voluntad oh caminos de su Dios?
Cuando Abraham buscó esposa para Isaac expresó estas
palabras a su criado: Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi
padre y de la tierra de mi parentela, y me habló y me juró, diciendo: A tu
descendencia daré esta tierra; él
enviará su ángel delante de ti, y tú traerás de allá mujer para mi hijo.
Gn24:7.
El criado cuando vio a la joven Rebeca dijo: Oh Jehová, Dios de mi
señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor
Abraham. (vs.12).
Y así sucesivamente
Dios dirigió el asunto a través del criado, quien encontró a Rebeca para ser la
esposa de Isaac. (Esta historia está en Gn.24:12-27-67).
Toda esta historia es
una de dirección divina, todo fue dirigido por Dios y la experiencia de estos
hombres solo fue de gozo oh inefable gusto oh alegría.
Pues hay tanto material, que explicarlo solo
afirmará nuestra vida en la Roca eterna: El Sal.43:3,4 dice: Envía tu luz y tu
verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte, y a tus
moradas. Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te
alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
El Sal.48:14 dice: Porque
este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aún
más allá de la muerte.
El Sal.73:24-26 dice:
Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. ¿A quién
tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi
carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Cuando Israel salió de Egipto Dios les guio de día
con una nube, Y toda la noche con resplandor de fuego. Sal.78:14, Ex.13:21.
El Sal.139:7-11,
Pr.8:17-21, Is.49:10,63:12-14. Nos muestra profunda dirección divina.
Jn.16:13 dice que el Espíritu
Santo nos guiará, y este mismo fluirá como ríos de agua viva por nuestro
interior. Jn.7:38.
Ga.5:18 dice: Pero si sois guiados por
el Espíritu, no estáis bajo la ley.
La dirección divina nos testifica que somos
hijos de Dios. Ro.8:14-16
dice: Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos
de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez
en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual
clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de
que somos hijos de Dios.
Cuando Dios nos guía
por sus mandamientos obramos conforme a su voluntad y nos llenamos de satisfacción
y verdadera felicidad, en la cual nos gusta andar por la grandeza del Espíritu
de Dios.
Para confirmar y terminar leamos Ga.5:16-25.
Digo, pues: Andad en
el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la
carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se
oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y
manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras,
orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya
os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino
de Dios. Mas el fruto del Espíritu es
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la
carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también
por el Espíritu.
La dirección divina no tiene otra, sino de responder
al hombre su
clamor de proposición y compromiso, guiándolo a la perfección como santo para
la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo (Ef.4:12).
Por ello dice
2Ti.3:16,17:Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Eso es: “Guíame
por la senda de tus mandamientos; porque en ella tengo mi voluntad”.
Amén.
Jorsaaleza
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