2ª PARTE
PROPOSISIÓN Y COMPROMISO PARA VIVIR EN LA VERDADERA JUSTICIA
Sal.119:33-40
Vs.36. Inclina mi corazón a tus testimonios y
no a la avaricia. (Pon
en mí el deseo de cumplir con tus requisitos, y no el de satisfacer mis deseos
egoístas)
Enrolarse
en la senda de la justicia, tendrá como aliado la perseverancia de mantenerse en la
luz de la palabra. Que es el deseo de cumplir obedientemente los requisitos que
hace nuestro Dios, y no el de satisfacer nuestros deseos egoístas.
Este
acto confirma lo que Cristo dijo en Jn.8:31b, 32: Si vosotros
permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos - y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
El
buscar este hecho tiene como principio el deseo de haber gustado la benignidad del
Señor (1P.2:3). Por ello esta oración: “Inclina mi corazón a tus testimonios y
no a la avaricia” específicamente esclarece la separación de lo bueno y lo
malo.
La biblia dice que el Señor pone el querer
como el hacer:
Fil.2:13. Porque Dios es el
que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Ro.9:16-21. Así que no depende del que quiere, ni del
que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a
Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para
que mi nombre
sea
anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene
misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Pero me dirás: ¿Por
qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh
hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al
que lo formó?: ¿Por qué me
has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de
la misma masa un vaso
para
honra y otro para deshonra?
Stg.4:15. En lugar de lo cual
deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
La importancia de entender que lo bueno totalmente viene de Dios nos llevará a
reconocer que debemos tener dependencia
inseparable de Dios.
La biblia dice que un
joven rico le dijo a Jesús: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida
eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios.
Más si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos (Mt.19:16-17).
Stg.1:17 dice: Toda buena dádiva y todo don perfecto
descienden de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
En el Evangelio de Jn.15:5 la biblia nos
habla de la dependencia necesaria que debemos tener de Jesús, cuando
dice: Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él,
éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
La oración es un elemento de esa relación
íntima con Dios. Acto que suplicará siempre a Dios. “Inclina mi corazón a tus
testimonios y no a la avaricia”.
Cuando gustamos la
benignidad del Señor estamos a la vanguardia y levantamos muro de contención, y
nos ponemos a la brecha para no mancillar nuestra pureza. Esto es lo que busca
Dios.
Ez.22:30 dice: Y busqué
entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de
mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.
La grandeza de nuestro corazón se verifica
cuando trajinamos
obedientemente por la senda de la justicia divina transcrita en la Palabra de
Dios. Esta grandeza debe brillar radiante y tangible a tal modo que todos puedan
ver la luz de Cristo en nuestra vida.
Mt.5:14-16 dice: Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad
asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone
debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en
casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Este hecho desbaratará toda obra de las
tinieblas. 2Co.4:4-6
dice: Que el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para
que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es
la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a
Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la
gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Cuan grandioso es caminar por la única y buena senda que es Jesús.
En Jn.14:6 Jesús dijo: Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Este acto de caminar (escudriñar
obedientemente) nos
hará discernir el bien y el mal. Por ello el salmista súplica liberación total,
oh alejar la avaricia sin retorno.
La avaricia es fruto de un corazón egoísta.
La avaricia está ligada estrictamente
a la raíz de todos los males. Esto es abominación ante los ojos de Dios. 1Ti.6:10
dice: Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando
algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos
dolores.
No sería malo si
esclarecemos algunos síntomas de este espíritu de avaricia oh amor al dinero o
mamón; veamos algunos:
1-
Preocupación
y ansiedad por el dinero.
2-
Mal
manejo del dinero.
3-
Nunca
tener suficiente.
4-
Mentalidad
de no puedo afrontar.
5-
Comprar
compulsivamente(compeler=Obligar
a uno a que haga lo que no quiere)
6-
La
tacañería.
7-
La
codicia/avaricia.
8-
Descontento.
9-
Esclavitud
a las deudas.
10-
Darle
una importancia exagerada al dinero y una sobreestimación de su verdadero
poder.
Los síntomas indican presencia oh avance de
un mal oh enfermedad. Si
esto ocurriera u ocurre en un cristiano, de seguro suplicaría como el salmista
“Como el siervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh
Dios, el alma mía” Sal.42:1.
Y en seguida puede
decir: “Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la avaricia”. vs.36.
Si eres humilde y manso
abre tu corazón para ser enseñado.
Dios iluminará tu
senda y te dirigirá oh ayudará a pedir lo correcto, como dice: Ro.8:26. Y de
igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos (Quejidos,
lamentos. Expresar su dolor con voces quejumbrosas) indecibles (Que no se puede
decir oh explicar).
De seguro que con
ello, tu oración será hecha de todo corazón, y expresaras profundamente: “Oh
Dios inclina mi corazón a tus testimonios y no a la avaricia”. “Oh pon en mí el
deseo de cumplir con tus requisitos, y no el de satisfacer mis deseos
egoístas”. Amén.
Vs.37. “Aparta mis ojos, que
no vean la vanidad, avívame en tu camino”
“Aleja de mi mente
los pensamientos inútiles, dame vida para vivir en tus caminos”
Cada vez que más se
escudriñe concienzudamente la palabra de Dios, se obtendrá más conocimiento, y
esto nos hará más sensibles espiritualmente.
De allí
1Co.8:1. Cuando dice:
El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Oh
porque no decir: El conocimiento nos hace creer importante, pero el amor nos
hace crecer espiritualmente.
La sensibilidad
espiritual es producto de la comunión oh relación con Dios, y esto jamás se
debe perder.
Relación es comunión,
comunicación, escuchar, hablar. Palabra y oración.
La
propuesta del salmista aquí es: “Aleja de mi mente los pensamientos inútiles,
dame vida para vivir en tus caminos”.
Dios
jamás tardará en responder esta proposición, más aun, la respuesta está preparada de
antemano y abundante.
Mt.6:8 dice: Vuestro
Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Y
Ef.3:20 dice: Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en
nosotros.
Nunca
los buenos deseos oh decisiones de hacer algo bueno se han originado en el corazón
humano, la biblia dice: “Dios está obrando entre ustedes. Él despierta en
ustedes el deseo de hacer lo que a él le agrada y les da el poder para hacerlo”
Fil.2:13.
Jesús le dijo al
joven rico: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.
Mr.10:18.
Entonces sin titubeos
acreditamos que la renovación mental al estilo divino es un hecho necesario
para cambiar de pensamientos oh apartar los ojos de lo monótono.
Que importante es
actuar con sano juicio para no caer al error de una renovación mental de
cualquier ideología vaga y sin principios; oh a la mera de la modernidad
humanista y caótica de la degeneración humana.
Vale la pena
mencionar que aquellos que deciden renunciar a la vana e inútil manera de
pensar meramente humana y apartada de Dios, son aquellos que la santa divinidad
los ha elegido por su gracia.
La
biblia dice: “Aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos) - Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios” Ef.2:5,8.
Entonces cuando
nuestra propuesta es hecha a la divina santidad en esta condición de gracia,
inmediatamente nuestros ojos oh nuestra mente cambiará de posesión, por el
principio renovador bajo la ley inconfundible de la amorosa gracia de Dios, que
nos convierte en santos. Proceso de la perfección objetiva de Dios.
De allí
Ro.12:1,2 cuando dice:
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional - No os conforméis a este
siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta =
(Cambia tu manera de pensar para cambiar tu manera de vivir).
Aquí la
vana e inútil manera de pensar del ser, debe ser oh es renovada por la buena
voluntad de Dios agradable y perfecta escrita en la santidad bíblica.
Es en este acto oh
proceso de renovación mental bajo la dirección de la palabra de Dios que obran
los cambios en nuestra vida.
Si la
propuesta es hecha con una decisión concreta y sincera, la respuesta como
dije: Está hecha de antemano.
Cuando Dios responde
al clamor de un corazón sincero, su respuesta siempre será de beneficio al
hombre; y los beneficios son abundantes.
El Sal.68:11 dice: El
Señor daba palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.
107:20 dice: Envió su
palabra, y los sanó, y los libró de su ruina.
119:130 dice: La
exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.
Is.55:10,11. Porque
como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que
riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y
pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí
vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la
envié.
Jer.15:16. Fueron
halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por
alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de
los ejércitos.
Hab.3:2. Oh Jehová,
he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos,
En medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia.
Mt.4:4. Él respondió
y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios.
Lc.7:7. El centurión
le dijo a Jesús: Por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la
palabra, y mi siervo será sano.
Mr.4:1-9.La parábola
del sembrador. Donde la semilla plantada por Dios produce al treinta, al
sesenta y al cien por uno.
Jn.5:24 dice: De
cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Jn.8:31,32 dice: Dijo
entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis
en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y
la verdad os hará libres.
Jn.15:3 dice: Ya
vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado (La palabra nos limpia
de todo mal pensamiento y mala actitud).
Él, Jesús es el Verbo
de Dios. (La Palabra). Jn.1:1, y en él fueron creadas y subsisten todas las
cosas. Col.1:16,17.
La
renovación mental de un hombre de Dios oh la Iglesia del Señor es el proceso de
madurez oh perfección que tiene como medida la estatura de Cristo.
Ef.4:12,13 dice: Y él
mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos
a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto,
a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Y agrega Ef.4:14-16: para
que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en
aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien
concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,
según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor.
El
avivamiento verdadero no
son los gritos eufóricos oh movimientos desordenados que hacen perder el
equilibrio y control humano.
Más bien el verdadero
avivamiento en la biblia, se hace notar oh refleja, en el buen testimonio de la
Iglesia de Cristo. Oh sea en todos sus miembros.
Esto no
quita la expresión de nuestras emociones; pero si debemos ser conscientes que cuando
un hombre vive en el avivamiento divino como respuesta de Dios: “Guarda su ley oh su palabra”; y esto significa
vivir en renovación mental, pero a la manera de Dios, oh mejor dicho “Ama” .Y ama como corresponde “Obedece a su Señor”
(Jn.14:15. Si me amáis, guardad mis mandamientos).
Entonces
confiadamente: Podemos
decir que la buena interpretación de la propuesta a Dios, bajo la respuesta
divina de este versículo 37 del capítulo 119 del libro de los Salmos y con una
reacción concreta es: Renovaré mi manera de pensar con la palabra dicha por
Dios, oh tendré una mente oh vida útil en las manos de Dios, a su servicio, al
servicio de su Iglesia, mi pueblo, mi nación y la humanidad; porque para eso
está dicha oh hecha esta palabra, oh palabra de Dios.
Y bien
dice: 2Ti.3:16,17. Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Amén.
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