2- ¿SABÍA
USTED QUE LA HORA ES LA HORA, Y FUERA DE LA HORA NO ES LA HORA?
Eso es lo que
vamos a ver ahora sobre el retirase para evitar los fracasos
Retirarse en el momento oportuno por los motivos correctos, no es
sinónimos de debilidad o cobardía, sino de discernimiento, inteligencia,
estrategia y percepción.
Vuelvo a
repetir: Retirarse en la hora correcta por motivos correctos no es sinónimo de
debilidad, cobardía, sino de discernimiento, inteligencia y percepción.
Todo
tiene su tiempo, todo lo que sucede bajo el cielo ocurre de acuerdo a un plan
(Ecl.3:1).
La hora
es la hora, y fuera de la hora no es la hora.
Hay
personas que piensan que cuando se les dice hay que retirarnos, no hay que
hacer esto o el otro, ellos dicen no, no se puede, tenemos que avanzar, hay que
avanzar, y se entercan y enfrentan sin meditar.
Ahora
veamos un caso que muestra la biblia. Piense en un hombre guerrero, piense en un
hombre valiente. El nombre de él es David. Si tenemos un hombre valiente en la
biblia, que simplemente no desiste en retirarse, y siempre va adelante y
confronta. Es David.
Sin embargo, a este David, cuando Saúl
viene contra el con tres mil hombres entrenados en la guerra, y hombres guerreros
armados hasta los dientes. Y David solo tener doscientos hombres de guerra y
cuatrocientos que fueron incorporados cuando estaba en la cueva de Adulam,
hombres angustiados, afligidos, endeudados, desanimados y amargados de espíritu
(1S.22:2).
Y con estos David completó seiscientos
hombres. Doscientos gurreros, y cuatrocientos vagos y decepcionados de la vida.
Nos
preguntamos ¿cómo David enfrentaría a tres mil hombres de la tropa de Saúl,
preparados para ganar? Si solo David, tenía doscientos hombres preparados y
cuatrocientos que estaban más listos para salir corriendo, que para confrontar
la guerra. Aunque en el tiempo que
anduvieron con David aprendieron y se hicieron diestros guerreros.
Ahora no
abra su biblia, tome nota de 1S.cap.22 al 27, y es aquí donde vemos el periodo
que Saúl arremete contra David, y David esconderse en la cueva de Adulam, David
huyendo al desierto, Saúl está tras David y lo sigue por el desierto, entonces
David va a la tierra de los filisteos. Enemigos de Israel, y allí moró un año y
cuatro meses. 1S.27:7.
Como ya
lo dijimos, David fue a habitar en medio de los enemigos del pueblo de Dios,
para poder huir del rey Saúl. ¿Ve usted, el retiro o la huida de David?
Cuando
Saúl lo cercaba en un desierto, él ya estaba en otro, y cuando no tenía más
desierto, corrió para los filisteos.
Otro caso de un hombre con gran
autoridad espiritual, que por su palabra, hubo sequía, y por su palabra hubo
una lluvia torrencial (1R.17:1-7,18:41-46). Resucitó al hijo de la viuda de
Sarepta (1R.17:22-23). Se confrontó con el rey Acab, y la biblia dice: Cuando Acab vio a Elías, le dijo:
¿Eres tú el que turbas a Israel? Y Elías respondió: Yo no he turbado a
Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y
siguiendo a los baales (1R.18:17-18). Hizo caer fuego del cielo (1R.18:37-38).
Degolló a 450 profetas de Baal (1R.18:22). Este mismo hombre, dijo a todo
Israel:
¿Hasta cuándo
claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si
Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. Y dijo algo más: solo
yo he quedado profeta de Jehová (1R.18:21-22).
Este hombre llamado Elías, que hizo
todo este acontecer valeroso, fue el que escapaba de la amenaza de una mujer
impía. Y la biblia trascribe en sus valerosas páginas, las palabras de este
hombre diciendo: Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se
sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová,
quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres - Y echándose debajo del
enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo:
Levántate, come (1R.19:4-5).
Recordemos que es Dios quien lo lleva
al desierto a esconderlo en el tiempo de sequía, y de la misma menra lo
sustenta con agua y comida llevada por los cuervos (1R.17:2-6).
En su angustia y desesperación de
muerte, es Dios quien lo fortalece, y le revela su santa presencia y su
audible voz, atreves del viento, del terremoto, del fuego y de un silbo
apacible.
¿Qué le parece, esta aparente
contradicción de este hombre?
Esto está narrado en el cap.19 de 1R.
Entonces podemos ver que cuando esto es así, no es cobardía.
Mi amigo, muchas veces es Dios quien
nos dirige a retirarnos, a alejarnos de la circunstancia que podamos estar
pasando.
Aprendamos de las olas a retirarnos si
es necesario y volver con más fuerza a conquistar el propósito.
Recuerda el lamento de Jeremías cuando
ya no quería hablar, ni recordar más de Dios.
Él quería retirarse ya, pero por el
amor de Dios entendió que no debería ser así, no era correcto lo que iba hacer,
y en Jer.20:7-11 está escrito así: 7Señor, me convenciste, y yo me dejé convencer;
fuiste más fuerte que yo y me ganaste. Soy motivo de burla cada día, todos se
burlan de mí. 8Cuando hablo, grito; anuncio el
dolor y la violencia. El mensaje del Señor es causa de mi desgracia. Se ha
convertido en algo de lo que la gente se burla todo el día. 9Yo dije: «Ya
no anunciaré más de él; no volveré a hablar en su nombre», pero su
mensaje dentro de mí se convierte en un fuego ardiente que me cala hasta los
huesos. Hago todo lo que puedo por contenerlo, pero me es imposible. 10He escuchado a muchos que susurran burlonamente: ¡El
terror lo tiene rodeado! ¡Anunciemos el terror, anunciémoslo!» Incluso mis
amigos me observan para ver si me equivoco, y dicen: «Esperemos a que se
equivoque y así podremos derrotarlo para poder vengarnos de él». 11Pero el Señor está conmigo como un poderoso
guerrero. Por eso los que me persiguen tropezarán y no podrán ganar; fracasarán
y quedarán avergonzados. Su deshonor será permanente, nunca se olvidará.
Veamos al
apóstol Pablo en Hch.9:23-25, escapó de los judíos descolgándole en una canasta
para no ser muerto. En Hch.14:4-6, Pablo está en la ciudad de Iconío, y se
levanta una persecución de judíos y gentiles para matar a Pablo. El texto dice
claramente que Pablo huyó, se retiró para Listra y Derbe. Esto hizo el apóstol
Pablo, hombre dispuesto a morir por Jesús (Hch.21:13).
Jesús en
Jn.11:53-54, dice que los fariseos se juntaron con otros para matar a Jesús, y
dice el texto que Jesús ya no andaba más entre los judíos y se retiró para el
desierto.
Estoy hablando de Jesús. ¿Mire usted?
hasta Jesús percibió que no estaba en la hora de enfrentar y se retiró, se
apartó.
Ecl.9:4 dice así: Aún hay esperanza para todo aquel que
está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. Esto es
igual a decir: Mientras hay vida hay esperanza,
pues es mejor estar vivo que estar muerto.
Ve usted,
aquí no es cuestión de machos, valentones, si no de prudencia y percibir el
tiempo correcto. La hora correcta, como hemos dicho: La hora es la hora, y
fuera de la hora no es la hora.
Si usted
no tiene percepción espiritual y confronta, usted puede sufrir la muere. Y mejor
es perro vivo que león muerto.
Ahora usted, puede comprender que yo
no estoy hablando de alejarse o retirarse, simplemente por cobardía, o peligro.
Sino porque usted usa la cordura y la prudencia direccionada de manera correcta
por el Señor.
Vea y
escuche lo que dice Jn.6:15: Pero
entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió
a retirarse al monte él solo.
¿Qué le
parece?: La gente quería hacerle rey. Pero Jesús sabía que todavía no era la
hora.
Otro caso más para esclarecer el
asunto: cuando Judas Iscariote entregaba a Jesús, y uno de sus discípulos cortó
la oreja a uno de los siervos del sumo sacerdote, Jesús dijo: 52Vuelve tu espada a su lugar; porque
todos los que tomen espada, a espada perecerán - 53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora
orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? - 54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es
necesario que así se haga? - 56Más todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas.
Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron. Esto está en Mt.26:47-56.
No olvide
que: Todo tiene su tiempo, todo lo que sucede bajo el cielo ocurre de acuerdo a
un plan (Ecl.3:1).
¡Eso! es lo que tenemos que aprender.
Muchas veces nos podemos retirar y alejarnos no solo por cuestiones de miedo o
peligro, sino por haber entendido que todavía no es el tiempo correcto.
Bendición
fuera de la hora, o fuera de la voluntad de Dios no es bendición, puede ser una
maldición, nuestra desdicha y el fin de nuestro fracaso horrendo.
Muchas
veces tú inteligencia, tu percepción, tu discernimiento, tu sabiduría, dice:
Este negocio está buenazo, pero si usted se da cuenta que algo falta, que no
está preparado todavía, que no está en la hora. A buena hora que usted entienda
esto.
Usted
tiene que percibir y entender esto en su vida. Esto es una verdad.
Usted se
retira muchas veces porque no es la hora de confrontar, porque no es la hora de
tomar posesión de aquello.
Por lo
mejor que sea, por lo más maravilloso que sea, por más fenomenal que sea el
negocio, oh la oportunidad que se presenta. Sino está en la hora, no es la
hora.
Como
dicen alguno, la hora es la hora y fuera de la hora no es la hora. Esto debemos
entender claramente para nuestra vida.
Cuando es
la hora aun lo que parece adverso si es dirigido por el Señor se logrará oh
cumplirá su fin.
Solamente
hay que percibirlo, y no hay otra forma sino con la dirección del Señor,
amándolo y con una comunión permanente y dependiente de Él.
La seguridad que
tenemos al estar unidos a Dios es esta: Dios escucha nuestras oraciones cuando
le pedimos conforme a su voluntad. Puesto que sabemos que Dios nos oye,
tengamos la certeza de que él nos dará cualquier cosa que le pidamos.
1Jn.5:14-15.
Ro.8:26-27. De igual manera,
el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, cuando no sabemos qué
pedirle a Dios, el Espíritu mismo nos ayuda a pidir a Dios por nosotros. El
Espíritu le habla a Dios a través de gemidos imposibles de expresar con
palabras - Pero Dios nos conoce a fondo y entiende lo que el Espíritu quiere
decir, porque el Espíritu ruega a favor de su pueblo santo de acuerdo a la
voluntad de Dios.
Necesitamos
tener la fe de Dios, que es dependencia de Dios a través de su Palabra.
Esto
nos da una seguridad y una convicción de recibir o ser dirigidos por Dios a
través de su Espíritu.
Porque todos
los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de
Dios. Ro.8:14.
Y
sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los
que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito. Amen.
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