martes, 14 de abril de 2020

LA CLAVE DE LA FELICIDAD.

1.- LA CLAVE DE LA FELICIDAD.
La biblia tiene el propósito de hacernos saber la voluntad de Dios: Llamándonos, abriéndonos la puerta y mostrándonos el camino o la manera de vivir, para volvernos y morar con Dios eternamente y para siempre.
Ella nos abre el camino a la verdadera felicidad.
Felicidad es el espacio que de una u otra manera todos los seres desean y buscan.
Algunos, parecen haberla alcanzado con los sentimientos y sensaciones de satisfacción; pero de inmediato se escapa como el aire entre los dedos porque es efímera.
Es de importancia esclarecerle a la humanidad que el medio que brinda la verdadera felicidad, trayecto a la perfección, es la palabra de Dios, la puerta a esta verdadera felicidad, es Jesús.
Pero nadie abre la puerta para quedarse estático en ella, debemos avanzar en el camino, y esta es la clave de la verdadera felicidad: Atentos para escuchar, listos para entrar y seguros para caminar bajo las órdenes del Señor; esto es: “Cumplir la voluntad de Dios, tal cual, ésta se revela en su Palabra”.
Desde esta plataforma bíblica según el salmo 119. Hoy solo trataremos los ocho primeros versos que comienzan o son encabezados con la primera letra del alfabeto hebreo “Alef” y así sucesivamente.
Nota: Es sorprendente este capítulo (poema) tiene 22 estrofas, y cada una de ellas tiene 8 versos, y son encabezados por una letra del alfabeto hebreo, y todos estos versos exaltan la palabra de Dios.
Comencemos leyendo los 8 primeros versos. Luego: Tomaremos nota de una corta explicación de cada uno de ellos.
Vs.1. Aquí el verso nos indica la felicidad o la ventura de los que andan en: Pureza y siguen las enseñanzas del Señor.
Jesús dijo: Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Mt.5:8.
He.12:14.Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Vs.2. Se repite la dicha pero enfatiza el principio: Obedecer los mandamientos y buscar a Dios de todo corazón.
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano (Is.55:6).
David dijo: Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Esto es buscar el rostro de Jehová. Sal.27:4.
2Cr.7:14 dice: Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Vs.3. La actitud de los que disfrutan la verdadera felicidad es: Apartados del mal por la eficacia de vivir bajo el mandamiento del Señor, oh mejor dicho son temerosos de Dios.
Uno de estos hombres era Job. La biblia dice: Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Job.1:1.
Aquí, memorizar las enseñanzas del Señor es de suma importancia, esto nos puede librar apartándonos del mal.
El Sal.119:11 dice. En mi corazón he guardado (memorizo) tus dichos para no pecar contra ti.
Y Pr.16:6b dice: Con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.
Vs.4. Se nos ha confiado la palabra de Dios siendo instruidos en ella; pero para obedecerla al pie de la letra. Esto es fidelidad.
El mensajero fiel oh la fidelidad a la palabra de Dios trae salud o soluciones a las situaciones. Pr.13:17.
El apóstol Pablo le dice a Timoteo: Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús - Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. 2Ti.2:1,2.
Dios nos instruye y nos ha confiado su palabra dándonos la gran comisión: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mt.28:19,20.
Vs.5. La vida del hombre feliz junto a su Señor, solo apunta a obedecer, y a la vez se confronta con la ley excelente de Dios (P. de D) para vivir cada día de la mejor manera. Esto es crecer espiritualmente (madurez).
Santiago nos amonesta a que no debemos ser oidores olvidadizos de la palabra de Dios, sino hacedores perseverantes de ella, para ser felices. Stg.1:22-25.
Solo cuando disfrutamos de una lámpara encendida podemos avanzar en el camino o crecer espiritualmente.
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.Sal.119:105.
Solo por ella podemos crecer espiritualmente. 1P.2:2,3. Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación = (así podrán crecer y ser salvos) - si es que habéis gustado la benignidad del Señor = (si han saboreado lo bueno que es el Señor).
Solo ella nos salva, Solo ella nos santifica. Jn.17:17. Solo ella nos liberta. Jn.8:32. Solo ella nos sana y nos libra de la ruina. Sal.107:20, etc.
Vs.6. El que disfruta de la verdadera felicidad es muy sensible cuando estudia los mandamientos de su Señor (P. de D). Tanto es que el menos movimiento de fallar a su Señor, le da vergüenza, y no solo se compunge sino que cambia de inmediato su manera de vivir.
En Ef.4:30 nos hace ver que cuando ofendemos al Señor, el Espíritu Santo se entristece, y el creyente es el primero en saberlo.
Vs.7. Un hombre feliz de verdad oh en la verdad, es un hombre con un corazón agradecido. Y reconoce que el principio de su felicidad es el haber aprendido a poner en práctica los justos juicios de Dios (P. de Dios).
David escribiendo los salmos rebosa de agradecimiento y lo expresa con mucha alegría oh felicidad. Él dice:
Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría - Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.Sal.30:11,12.
Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas - Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío. Sal.43:3,4.
Este hombre era sumamente agradecido por haber aprendido los juicios de Dios.
Jesús ante la tumba de Lázaro expresa agradecimiento como señal de su relación con Dios el Padre.Jn.11:41,42.
Vs.8. Un hombre feliz de verdad y de todo corazón es un hombre que reconoce que al abandonar la obediencia a la palabra de Dios, es ser abandonado por Dios.
Ejemplos de esta índole hay muchos en la biblia. Dt.31:17,32:20, Esd.8:22,1Ti.1:19,
20.
Por ello la única decisión con una actitud correcta hacia Dios y su palabra, es obedecer la excelencia de la ley divina.
Nuestra obediencia purifica nuestras almas. 1P.1:22
Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia - sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir - porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 1P.1:14-6.
Solo la palabra de Dios en obediencia, es la clave de nuestra felicidad, ella es la que:
Convierte oh reconforta el alma
Alegra el corazón oh hace feliz a la gente
Permanece para siempre
Vale más que el oro refinado
Nos amonesta, y previene de todo peligro a quienes la
respetan.
Al ignorante lo hace sabio.
Muestra el camino correcto a seguir.
Es verdad, justa y absolutamente correcta.
Es más dulce que la miel salida del panal.
Al obediente le recompensa. Sal.19:7-11.
¿Qué más felicidad desea usted que esta? la clave está en amar (obedecer) a Jesús. Jn14:15.
Felicidad es el espacio que de una u otra manera todos los seres desean y buscan.
Hoy es el momento de recapacitar y entronar la felicidad en nuestro corazón.
Un Padre amoroso inigualable e inconfundible como Dios, desea que todos sus hijos sean felices. De allí la revelación de su santa voluntad por su palabra. Hecho que al vivirla genera inconfundible felicidad, trayecto a la perfecta eternidad.
Mi amigo y hermano hay cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene (Jesús) pero que muchas veces no la vemos.
La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos (Jesús), y no sentirnos mal por aquello que no tenemos.
Si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas".
Nuestra meta se consumará solo mirando a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe inquebrantable, quien en vez del gozo que podía haber tenido sufrió la muerte en la cruz, y aceptó la humillación como si no fuera nada, y se sentó a la diestra del trono de Dios. He.12:2.
¡LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO! Nuestro destino es más que eso, es la perfecta adoración a Dios. Allí seremos perfectamente felices.
Esto lo disfrutaremos en el cielo.
Dios le bendiga
Jorsaaleza.

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