SER UN SIERVO DE DIOS NO ES SOLO SER UN PREDICADOR
La filosofía de la naturaleza humana
referente a servir a Dios es hablar de Dios, no importa los conceptos errados
que se tenga, sin principios de vida, sin compromisos establecidos, y más, solo
queremos alcanzar metas (visión) que beneficien al líder oh a algunos en acuerdo, sin importar la
razón del llamado de Dios, oh el propósito del encargo Divino, cuando Dios dice:
Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo
os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual
él ganó por su propia sangre. Hch.20:28.
Desde esta perspectiva debemos entender que
Dios nos hace sus siervos, sus ministros, para lo cual cambia nuestro corazón,
como dice: Ez.11:19-20.
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el
corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne -
para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me
sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.
Así mismo de esta manera logramos una nueva
vida o nueva forma de vivir como dice: 2Co.5:17. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es;
las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Nuestra relación con Cristo modifica todos los aspectos de nuestra
vida, y nos hacemos sus siervos de justicia (Ro.6:16-18).
Ser un siervo de Dios, como hemos dicho no es solo ser un
mero predicador, son necesario los procesos de preparación o formación, para
cumplir cabalmente el fin integral de la gran comisión.
1- Preparación. Por cuanto es necesario ponerse en las
condiciones óptimas y necesarias para realizar un trabajo encomendado por Dios.
Es aquí que Dios comienza a trabajar en los
procesos de la vida de sus siervos.
En Esdras 7:10 encontramos cuatro cosas
importantes que no se pueden obviar en los procesos de convertirse en un siervo
de Dios.
- Preparar el corazón. Ponerse a cuentas con Dios.
- Inquirir la Palabra de Dios. Indagar, averiguar o examinar cuidadosamente, aprender la
Palabra de Dios.
- Cumplir o vivir la Palabra de Dios. Realizar la función o la labor que le
corresponde.
- Enseñar la Palabra de Dios. Comunicar
conocimientos, ideas, experiencias, habilidades o hábitos a una persona que no
los tiene en cuanto a la Pablara de Dios.
Recordemos que el propósito ganar y
perfeccionar a los santos para
la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.Ef.4:12.
Pero el
fin es ser como Cristo (Ef.4:13,1Jn.3:2). Esta perspectiva divina nos debe
motivar a los cristianos, e hijos y
siervos de Dios a vivir en justicia.
El proceso de ser como Jesús solo puede ocurrir
imitándolo y siguiendo su consejo y su ejemplo. Pablo dijo: Sed imitadores de
mí, así como yo de Cristo.1Co.11:1.
Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí.Jn.14:6.
- El Camino dirige al propósito.
- La Verdad revela el propósito
- La Vida tiene propósito
- El fin es ver al Padre en Jesús y
estar eternamente con El (Jn.14:7-11).
En realidad un siervo de Dios en las manos de
Dios se hace un esclavo glorioso y su fin implica:
Obediencia absoluta.
No tiene
derechos propios de ninguna manera.
Está ligado
por una total e incuestionable obediencia.
Humildad absoluta.
No piensa en
sus privilegios sino en sus deberes.
No piensa en
sus derechos sino en sus obligaciones.
Ha perdido
su propia identidad para servir a Dios.
Lealtad absoluta.
No tiene
interese propios porque está plenamente entregado a Dios.
Las
ganancias y las preferencias propias no entran en sus cálculos, su lealtad es
para con Dios.
Desde esta perspectiva bíblica podemos entender
fácilmente que ser un
siervo de Dios no es solo ser un mero predicador.
Hay una formación o
proceso de responsabilidad divina, pero también humana, y la biblia lo explica
figurativamente con el barro en las manos del alfarero (Jer.18:1-6).
Se ha minimizado el
valor de ser un siervo de Dios, olvidando: El encuentro – la preparación – la
consagración y enviados para predicar y o enseñar.
Si no nos importan los
procesos, menos será hacer la voluntad de Dios para cumplir a cabalidad el fin
oh la integridad de la gran comisión.
¿Qué pasa
cuando esto sucede? Sin
duda alguna el Señor respondió a esta pregunta cuando dijo:
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino
de los cielos, sino el que hace la voluntad
de mi Padre que está en los cielos - Muchos me dirán en aquel día: Señor,
Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y
en tu nombre hicimos muchos milagros? - Y entonces les declararé: Nunca os
conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mt.7:21-23.
Estas palabras debemos relacionarlas
fácilmente con aquellas que dijo el Señor: Miraré con agrado a la gente leal. La invitaré a vivir junto a mí; sólo
gente honesta estará a mi servicio - No entrará a mi casa el que hace fraude;
ningún mentiroso permanecerá en mi presencia.Sal.101:6,7.
¿Qué le parece?
Hasta aquí solo hemos dado algunos aspectos de la preparación de un siervo de
Dios en diferencia a un mero predicador.
2.
Propósito.
Todo
el proceso de la preparación en un siervo de Dios tiene como propósito cumplir
la voluntad de Dios en su propia vida y transferirla ejemplarmente a sus
receptores.
El
siervo de Dios es solo encargado de llevar el mensaje encomendado por su Dios,
tal cual como Dios lo dice: Este no puede sufrir ningún agravio.
Exactamente
la preparación del siervo es para eso. Ser fiel a vivir lo que Dios dice, y
fiel a dar el mensaje cual Dios lo dice. De allí que el apóstol Pablo diga: Se requiere de los administradores,
que cada uno sea hallado fiel.1Co.4:1,2. Pablo
le dijo a Timoteo: Se ejemplo de los creyentes.1Ti.4:12-13.
El mensaje encomendado a un siervo de Dios es predicar a
Cristo (1Co.2:1-5), y para ello tiene todos los elementos
necesarios.
No
olvidemos que el encuentro con Jesús nos hace nacer de nuevo oh ser nuevas
criaturas (2Co.5:17).
Esto significa tener nuevas reglas de vida,
las mismas que siempre irán al margen del Camino, y la Verdad y la Vida. Con el
fin de continuar
hasta que estemos todos unidos en lo que creemos y conocemos acerca del Hijo de
Dios, y con el fin de convertirnos en gente madura, vernos tal como Cristo y
tener toda su perfección. Ef.4:13.
El mandato es predicar pero también
enseñar todo lo Cristo ha ordenado, esto concluiría en imitar la forma de vivir
de Cristo.Mt.28:20.
Debemos entender que la salvación es la
puerta o el comienzo del Camino, y que la Verdad nos santifica para vivir
adorando eternamente y para siempre al Padre.
Es obvio, lo que tenemos que enseñar es todo el
consejo de Dios (Hch.20:27). Esto es una labor de siempre por lo cual estamos dando y daremos algunos
alcances específicos al cumplimiento del propósito.
Es bueno que a su estado espiritual le recuerde que ser hijo de
Dios es más grande que solo ir a la iglesia y dejar algunos pecados. Ser hijo
de Dios no es solo conseguir salvación y
tratar de ser simplemente una buena persona. Ser hijo de Dios es más que eso:
Ser hijo de Dios es ser
transformado en vida. Es el cambio más radical que debemos hacer, cambios de raíz, que afecten a la parte
fundamental de nuestra vida de una manera total o completa, y a la manera de
Dios en la persona de Jesucristo.
La realidad es que cuando decidimos ser hijo
de Dios, cuando nos arrepentimos y nos bautizamos, estamos
empezando una vida totalmente nueva. No es el final del camino,
más bien, estás empezando un nuevo camino. Un camino que tiene un nuevo propósito.
LA META ES SER COMO CRISTO, por eso es
que seguimos a Él (Jn.10:27), a él oímos (Mt.17:5)
Esto hace que
hagamos lo que él dice e imitemos lo que él hace. Esta actitud debe ser
permanentemente en nosotros a la forma de Jesús.
La biblia dice que
el que permanece oh está unido a él, debe andar como él anduvo oh vivir como él
vivió.1Jn.2:6
Si hemos recibido
a Jesucristo como nuestro Señor, debemos comportarnos como quienes pertenecemos
a él, oh vivir como él quiere. Col.2:6.
Jesús
dijo: Mi comida es que haga la voluntad del
que me envió, y que acabe su obra.Jn.4:34.
En realidad Dios estaba en Jesucristo. Por eso dice Fil.2:7,8. Sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres - y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz.
Si el propósito es ser como Cristo, entonces no nos queda otra cosa que
hacer la voluntad de Dios.
Él
lo dijo: Porque todo
aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi
madre.Mr.3:35.
También dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y
mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Jn.14:23.
Pablo
hablando a los romanos les dijo:
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta.Ro.12:2.
La voluntad de Dios es vuestra santificación.1Ts.4:3. Esto es irrefutable.
Si la voluntad de Dios es vuestra santificación. Mi
pregunta es ¿Cómo deben vivir los hijos de Dios, los siervos de Dios?
Pedro dijo: Porque esta es la voluntad de Dios: que
haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos - como
libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo
malo, sino como siervos de Dios.1P.2:15,16.
Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la
voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.1P.3:17.
De modo que los que
padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y
hagan el bien.1P.4:19.
No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande
galardón - porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la
voluntad de Dios, obtengáis la promesa - Porque
aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará - Mas el justo
vivirá por fe; y si
retrocediere, no agradará a mi alma - Pero nosotros no somos de los que
retroceden para perdición (no
somos los cobardes que se vuelven atrás y se pierden), sino de los que tienen fe para
preservación del alma.He.10:35-39.
Tal vez ahora podemos comprender ¿Qué clase de hombre desea
Dios para su servicio, oh como es un hombre o mujer que sirve a Dios?
No dudo, que a quien Dios llama prepara y envía, y a este
es aquel que Dios mira con agrado, y
vive junto a él, y es honesto (la palabra hace
referencia a aquel que es decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable,
justo, probo, recto u honrado).Sal.101:6.
Me
imagino que hoy puede entender mejor lo que es un siervo de Dios y no solo un
mero predicador.
El hombre de Dios debe saber
que muchas personas quieren
mejorar y ser diferentes. Algunos quieren
cambiar por su pareja, otros para ser mejor papá o mamá, otros simplemente para
tener una vida mejor.
Sin embargo, en un hijo de Dios, la motivación
de cambios constantes debe ser para parecerse más a Cristo, su Señor. Debe ser
para agradar a nuestro Padre, quien dio a su Hijo para pagar el precio de
nuestros pecados; y esto comenzando por él predicador de la Palabra de Dios, y
trasmitir al pueblo de Dios. Ese es su trabajo.
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación
a todos los hombres - enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los
deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente - aguardando
la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo - quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de
toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas
obras. Tit.2:11-14.
Como ultima remembranza, según la biblia ser un siervo de
Dios no es solo ser un predicador, sométase a los procesos de preparación y
cambios primeramente en su propia vida, para luego ejecutar el propósito no
suyo sino de Dios. Hablar de Cristo y cumplir la meta de llevar a los creyentes
a ser como Cristo.
El apóstol Pablo
termina el capítulo 2 de Tito, exhortando con palabras fuertes y profundas pero
llenas del amor de Dios, diciendo: Esto
habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.Tit.2:15.
Si usted hace esto no solo es un mero predicador, sino un
siervo, un esclavo de Dios que lleva implícita: Obediencia absoluta (Quien no
tiene derechos propios de ninguna manera, y está ligado por una total e
incuestionable obediencia).
Humildad
absoluta (Quien
no piensa en sus privilegios sino en sus deberes. No piensa en sus derechos
sino en sus obligaciones, es alguien que ha perdido su propia identidad para
servir a Dios).
Lealtad
absoluta (que no tiene interese propios porque está plenamente entregado a Dios. Las
ganancias y las preferencias propias no entran en sus cálculos, su lealtad es
para con Dios). Amén.
Jorsaleza
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