ANDAD EN EL
ESPIRITU Y NO COMPLAZCAIS LOS DESEOS DE
LA CARNE
Gá.5:16-26.
Aunque somos hijos de Dios,
engendrados por la voluntad de Dios (Jn.1:13).
Nuevas criaturas (creación), donde experimentamos que las cosas
viejas pasaron y todas son hechas nuevas (2C.5:17).
Sin embargo, nos encontramos luchando
interiormente con hechos de contradicción. Muchas veces sin saber qué hacer. (Gá.5:17.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra
la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis).
Esto es intrigante en la vida de un buen cristiano (Intriga = Manejo secreto para
conseguir un fin – Enredo, embrollo).
En
Lc.11:13 vemos
una comparación entre las dadivas del Padre Celestial y el padre terrenal.
Ello dice así: Pues si vosotros,
siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que
se lo pidan? Pues si el Padre Celestial nos da el Espíritu Santo,
de seguro que también nos da miles de buenos consejos.
Escuche
aquí: La Biblia
dice: El hijo sabio recibe el consejo del padre, más el burlador (rebelde) no escucha la reprensión o el consejo (Pr.13:1).
¿Sabía usted, que la sabiduría está
con los que reciben el consejo? (Pr.13:10).
Cuando el hijo de Dios escucha el
consejo de su Padre Celestial, mejor dicho atiende o presta atención al aviso:
Él es prudente y sensato para fijar muy bien por donde va o por dónde camina, o
que es lo que hace o debe de hacer. Sin embargo, el simple o el tonto, no tiene
cuidado de su vida hace lo que quiere y
como tonto, se cree todo lo que le dicen. (Pr.14:15).
Dios siempre antecede a las
consecuencias, como dicen: “Guerra avisada no mata gente”.
Exactamente en estos versos, Dios nos
hace ver entre las obras o actos de la carne y el fruto del Espíritu.
Pues teniendo esta explicación clara y
determinante: Andemos o vivamos en el Espíritu; y a la vez rechacemos los actos
carnales que se describen en los versos 19-21, que se categorizan en:
- Pecados
sexuales: Inmoralidad
sexual, inmundicia o impureza (indecencia, deshonestidad) y lascivia (Deseo
lujurioso excesivo).
- Pecados
relacionados con las religiones paganas: Idolatría, hechicería o brujería.
- Pecados
del temperamento o carácter:
Enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas (enfrentamiento o
discusión), disensiones (oposición,
contrariedad), herejías,
envidias, homicidios.
- Y
pecados de ebriedad: Borracheras,
orgias (parrandas
desordenadas).
- Y
el pasaje termina diciendo y
cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he
dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
1Co.6:9-10
también dice: ¿No
sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que
se echan con varones - ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
De la misma manera no podemos dejar de
mencionar lo que dicen los versos 22 y 23, que son el fruto del Espíritu. Que
cuando controla completamente la vida del creyente produce este resultado:
-
Las primeras tres: Amor,
gozo y paz, que conciernen a nuestra actitud hacia Dios.
-
La segunda tres que
siguen: Paciencia (Calma
o tranquilidad para esperar),
benignidad (Caracteristica
que muestra buena voluntad, comprensión y simpatía hacia una persona o un
grupo), y bondad (Bueno. Inclinación a
hacer el bien, comportamiento virtuoso). Esto tienen que ver con nuestras relaciones
sociales.
-
Y los tres últimos: Fe, mansedumbre (Docilidad y suavidad que se
muestra en el carácter o se manifiesta en el trato), y templanza (Cualidad que induce a usar o
hacer las cosas con moderación). Estos
describen los principios que guían la conducta cristiana.
El texto termina diciendo
enfáticamente: Contra tales cosas no hay ley o no existe ninguna ley en contra
de estas cosas. Mejor dicho estos hechos no están sometidos a las ataduras y
condenación de la ley.
Sobre el nombramiento de los actos
carnales y el fruto del Espíritu. Usted como hijos de Dios tiene la ventaja de
optar por lo mejor, sabiendo que no podemos vencer confiando en nuestras propias
fuerzas, sino en el poder de nuestro Señor Jesucristo.
Ro.7:24,25ª, dice: ¡Eso es terrible! ¿Quién me salvará de este cuerpo que me causa
muerte? - ¡Dios me salvará!
Le doy gracias a él por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Pregunto ¿Qué es lo mejor para usted? ¿Reaccionar
carnalmente o bajo el dominio del fruto del Espíritu Santo?
La misma biblia
que es Palabra de Dios dice: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis
los deseos de la carne. O no complacer los deseos perversos de la
naturaleza carnal (Gá.5:16).
Gá.5:25
dice: Si vivimos por el Espíritu, andemos
también por el Espíritu. Esto es andar en la dirección o dejarse guiar por el
Espíritu Santo.
Él es quien nos guía a toda la verdad,
porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y
os hará saber las cosas que habrán de venir. (Jn.16:13).
Los que son de Cristo han crucificado
la carne con sus pasiones y deseos (Gá.5:24).
Pablo
dice: Con
Cristo estoy juntamente crucificado,
y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo
vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por
mí. Gá.2:20.
Estos se han arrepentido (crucificado)
de verdad, dejando la vieja vida atrás, y revistiéndose de la nueva vida como
dice Ef.4:24. Vestíos
del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad.
Ampliamente lo hace saber Ef.5:1 al
21. Entre la grandeza de este pasaje solo voy a leer el vs.18 al 20 que dice: No se emborrachen, porque así echarán a perder su vida, mejor
llénense del Espíritu Santo - Anímense entre ustedes con salmos, himnos y
cantos de alabanza. Canten de corazón melodías al Señor - Siempre den gracias
por todo a Dios Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Ya ve usted, los
grandes beneficios eternos que reciben los que andan en el Espíritu o son
llenos del Espíritu.
Esta es gente
llena de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y
templanza.
Son hermanos que
animan a ser fiel. Son salmistas y cantores celestiales y muy agradecidos al
Señor.
Son hermanos
dispuestos para hacer toda la voluntad de Dios, y muy usados por Dios.
Sin embargo, es
menester aclarar el fin de la base de nuestro pasaje de la exposición que nos
hace recordar diciendo: No seamos orgullosos, ni envidiosos ni
causemos peleas entre nosotros mismos (vs.26). Porque si os mordéis y os coméis unos
a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros. Gá.5:15. Nada hagáis
por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a
los demás como superiores a él mismo - no mirando cada uno por lo suyo propio,
sino cada cual también por lo de los otros. Fil.2:3-4.
Amado hermano usted
fue hecho un hijo de Dios, por Dios mismo, para andar como santos, llenos de
amor o de su Espíritu, hecho que es expresado con una excelente conducta ante
Dios y los hombres, y así nuestra conducta de buenas obras sea vista, y todos glorifiquen
a vuestro Padre que está en los cielos (Mt.5:16). Amen.
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