MUJER Y
MADRE
Tomaremos como base de
explicación la vida de Ana, madre del profeta Samuel. 1S.1:1-28.
Una cosa es ser mujer y
otra cosa es ser madre.
Madre tiene como
antecedente la concepción (Concebir, quedar fecunda la hembra –
Fecundar es producir una cosa) de
un ser.
Imagínese la condición
de Ana, estéril y sin fruto o prole (linaje o descendencia). Su condición era triste e insegura
del amor de su esposo Elcana.
Aunque el esposo
demostraba amor, brindándole cosas. Vs.5. Ana no tenía satisfacción y sabía que
el amor no estaba consumado.
La consumación del amor
en el matrimonio es un hijo - Por su puesto estamos hablando de dos voluntades
en mutuo acuerdo.
Exactamente el hijo es
quien le da el derecho a la mujer de ser madre – Y madre es el privilegio que
resuelve el conflicto de la mezquindad humana, otorgándole Dios la gran
oportunidad de ser un medio de influencia bendita sobre la humanidad creciente
y la esperanza de salvación.
La primera promesa y
prototipo del evangelio de salvación la encontramos en Gn.3:15 cuando Dios
dice: Haré que tú (diablo) y la mujer
sean enemigas, y que tu descendencia sea enemiga de la de ella – la
descendencia de ella (Jesús) buscará aplastarte la cabeza mientras tú (diablo)
le tratares de picar el talón.
El apóstol Pablo
esclarece la influencia de la mujer sobre la humanidad en 1Ti.2:15 diciendo:
Pero las mujeres se salvaran siendo madres, si tienen buen juicio y se mantienen
en le fe, el amor
y la dedicación a Dios.
Ana la triste y
desolada mujer en la plena oscuridad de la noche o tormenta, resolvió en su
corazón poner toda su confianza en Dios. Vs.9. Para así ver cumplido su
propósito en la tierra, no solo de ser mujer sino también de ser madre.
1. Y para esto usó su facultad o su sana razón (juicio)
determinando tener un hijo.
Usar
de buen juicio es importante:
Recuerdan al hijo prodigo cuando
perdió el buen juicio, cayó a lo profundo de la perdición; y como algunos dice
tocó fondo (moral, espiritual y físico), y el vs.17 del cap.15 de Lucas dice: Y volviendo en sí; Esto es
volver al buen juicio. Porque luego de esto se dio cuenta que en la casa de su
Padre había abundancia total – Determinó levantarse para volver a la casa del
Padre y reconocer su pecado vs.18 – Expresó la actitud de un corazón humillado
por el pecado y humilde para engrandecer a su Padre vs.19.
La respuesta al uso o volver al buen
juicio fue la
expresión del amor incomparable de Dios el Padre: Entregarle todo
incondicionalmente solo por amor. Vs.22-32.
2. También usó la virtud de
la fe profunda y abundante piedad en oración que había en su corazón.
La biblia
dice que Ana oró a Jehová y lloró abundantemente con amargura de alma
suplicándole un hijo, el mismo que se lo dedicaría consagrado a su servicio. 1S.1:10,11.
3. No pudo excluir su amor concreto haciendo voto (compromiso) con
integridad de entrega (dedicación), no solo de su vida, sino también la vida
del fruto naciente de su vientre.
Ana hizo
promesa a Dios y dijo: Dios Todopoderoso, mira lo triste que estoy ¡Acuérdate
de mí! No me olvides. Si me concedes un hijo, te lo entregaré a ti. Será un nazareo
(separado
o consagrado a Dios) No
beberá vino ni bebidas embriagantes, y nunca se cortará el cabello.1S.1:11.
·
Los
obstáculos de la vida no pudieron quebrantar la fe de Ana que estaba basada en
los principios divinos. Aunque el sacerdote Elí la tuvo por ebria, ella dijo:
No Señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu, no he bebido vino ni
sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.vs.15. (1S.1:12-14).
Sus congojas y
aflicciones solo corroboraron para bien como dice Ro.8:28. “Y sabemos a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”.
Ana confió y miró a
Dios como fuente de bondades inexplicables, que como respuesta debería darle el
privilegio de ser madre. 1S.1:15-16.
Al marcar la diferencia
como una madre devota y piadosa en la fe, de antemano Dios le da la bendición
por medio de su siervo el sacerdote Elí. Vs.17. “Ve en
paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho”.
·
Su
confianza creció en gracia y se despojó de su abrumadora aflicción, trocándola
en seguridad y gran satisfacción de gozo inefable. 1S.1:18.
El salmista David
describió una experiencia con Dios de esta manera cuando dijo: Has cambiado mi
lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Sal.30:11.
·
Los
procesos de las verdades bíblicas se dan en el tiempo; pero también en los
cumplimientos de nuestros compromisos con Dios.
Dios respondió a Ana;
pero Ana cumplió sus votos o compromisos con Dios sirviéndole, y trayendo a
Dios su ofrenda más preciada; su hijo primogénito llamado Samuel para que le
sirviera a Dios, mejor dicho lo dedicó al servicio de Dios. Así fue.
1S.1:19-28.
Ana como madre devota
del divino creador no perdió el control de prioridades; aunque su primogénito
era su amado no podía quitar el lugar de su Dios, de esto aprendió su amado
hijo Samuel, primero Dios después su madre.
·
Jesús
el maestro, el camino, la verdad y la vida nos dio una lección de esta verdad
cuando dijo: “He aquí mi madre y mis hermanos – porque todo aquel que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y
madre. Mt.12:49,50.
·
Que
privilegio de comprender que sobre todo Dios debe primar en nuestro corazón.
Solo así viviremos lo
que dijo el apóstol Pablo: “Y ya no vivo yo, más Cristo vive en mi”. Gá.2:20.
Esto nos hará disfrutar
esa verdad espiritual profunda del primer mandamiento de la ley de nuestro
Señor. “Amar a Dios con todo nuestro ser y a nuestro prójimo como a nosotros
mismos”. Mr.12:30,31.
·
Amadas
hermanas y madres en Cristo usen lo que usaron aquellas mujeres que se
dedicaron al servicio de nuestro Señor: Su atavió no era el externo de cosas
ostentosas – Sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un
espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios – Porque así
también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios.
1P.3:3-5.
·
No
olviden en usar lo que dice 1Ti.2:15. Su buen juicio, para determinar entregar
su corazón a Dios y también el corazón de los frutos de su vientre. Sus hijos.
Sean firmes en la fe o
perseverantes en ella – Porque el que persevera hasta el fin ese (a) será
victorioso.
El amor de Dios no solo
irradie por su vida, sino también por la vida de tus hijos que son frutos de tu vientre, pero también
regalos de Dios. Sal.127:3, 4.
·
Amada
madre consagra tu vida dedicándote o rindiéndote totalmente a tu Dios con
hechos dignos que testifiquen lo que profesas. Amor a Dios. Jn.14:15.
Recuerda querida hermana
que ser ama de casa (señora, dueña de casa, sirvienta a los que Dios te dio), Cristiana (seguidora
de Cristo), esposa y
madre, es la tarea más sublime a que una mujer puede aspirar, especialmente
cuando estudiamos la abundante evidencia histórica de la influencia materna en
el proceso educativo de los hijos que a su vez han modelado la historia de la
iglesia y de las naciones.
·
La
influencia de la madre es una historia viviente; los hombres que Dios ha usado
y usa en bien de la humanidad han sido y son influenciados por su madre.
Miremos a Moisés con su
madre Jocabed. Ex.6:20.
El mismo Samuel con su
madre Ana. 1S.1:20.
El joven pastor Timoteo
con su abuela Loida y su madre Eunice. 2Ti.1:5, Hch.16:1.
Juan el Bautista con su
madre Elizabeth y su padre Zacarías. Lc.1:6.
El mismo Salvador
nuestro Señor Jesucristo con su madre María una mujer virgen y consagrada a
Dios. Lc.1:26….
Hoy es un día especial
amada hermana para ti, asegura tu fe amorosa en tu Dios compartiéndola con tus amados
hijos. Quien sabe que están marcando o marcaran la historia de la vida en este
tiempo final. Amén
Dios te bendiga.
Jorsaaleza.
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