martes, 24 de julio de 2018

LA FORMA MÁS SUTIL DE LA IDOLATRIA PARTE N°2


LA FORMA MÁS SUTIL DE LA IDOLATRÍA PARTEN°2
Una de las cosas en que más tenemos que trabajar, y hacer cambios en nuestra vida, es llegar a un punto en nuestra vida donde entendamos que todo lo que hacemos, todo lo que pensemos, todo lo que toquemos, a todo lo que nos dediquemos en nuestra vida; de palabras o de hechos, tiene que tener como meta final, servir a Dios (Col.3:7). Si la meta final, de lo que hacemos no es servir a Dios, estamos cometiendo IDOLATRIA.
Es por eso, desarrollar una profesión donde Dios no pueda estar, está prohibido. Es por eso, hacer negocios donde Dios no puede estar, es peligroso. Es por eso, entrar donde Dios no pueda entrar, es muy peligroso; porque caemos en el abismo de la idolatría.
La forma más sutil de idolatría que existe, es precisamente, pensar que yo puedo hacer las cosas independiente de Dios.
Nosotros los creyentes en Dios y su Palabra, siempre estamos recordando muchos beneficios que Dios nos ha dado (Sal.103:2). Los recuerdos y las experiencias son muy importantes, pero hay un mandato que es el más importante de todos, que dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas”.Mr.12:30.
Recuerda a Dios todos los días, porque él es el que te da las fuerzas y la habilidad para hacer las riquezas. Dt.8:11-18, esclarece diciendo: 11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; 12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, 13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; 14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; 15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; 16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; 17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas.
Que pasó cuando un monarca (Nabucodonosor) inflado de orgullo se paró a la puerta del palacio, vio la gran ciudad de Babilonia, y dijo: No es esta la gran ciudad de Babilonia que yo construí con la fortaleza de mi poder. “YO, YO, YO CONSTRUI” con la fuerza de mi poder (orgullo) ¿Qué pasó?
¿En que lo convirtieron por un montón de tiempo (7años)? Dn.4:23-33.
 Lo convirtieron en un buey peludo. Hoy en día la ciencia médica a descubierto que eso es una enfermedad. Personas que se creen que son animales, actúan como animales, comen como animales. Nabucodonosor perdió la razón, pensó que era un buey, y estaba todos los días de cuatro patas en el patio comiendo yerba, bañado con el roció del cielo.
¿Cuándo fue que se le devolvió la razón? La biblia dice que cuando reconoció que el Dios de Daniel, el Dios de Israel, es el único Dios verdadero y Rey del cielo vino en razón.Dn.4:34-37.
Ahora analízate y mírate a ti mismo las cosas que piensas, las cosas que haces, los planes que haces, el trabajo que haces, ¿A quién tienes en cuenta cuando lo haces? Está Dios en esos planes, está Dios en esas ideas, en esos negocios, puede acompañarte Dios en esa profesión.
Nuestro Señor Jesús dijo: “Yo y el Padre uno somos” (Jn.10:30). Yo no puedo hacer nada por mi cuenta (Jn.5:30).
También dijo nuestro Señor Jesús orando: Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Jn.
17:21.
Jesús demostró esa integridad total hacia el Padre, él entendió que no existe entidad, no existe fuerza, no existe nada independiente de Dios en la creación. Es decir el concepto de unicidad de Dios, no es el concepto de unidad de Dios.
Una cosa es unidad de Dios, otra cosa es unicidad de Dios. El concepto de la unidad es fácil de entender, el concepto de la unicidad es lo difícil de entender.
La unidad de Dios significa, que él es el único Dios verdadero, que no hay otro fuera de él, él es único. No hay dos, ni tres ni cuatro, etc., es un solo Dios.
Unicidad significa que no existe ninguna fuerza independiente de Dios en el universo, y por lo tanto, todo está conectado y sujeto a Dios.
Cuando una persona dice, yo y Dios somos uno solo, significa que ha llegado a un punto en su vida, donde entiende que ni la hoja de un árbol se mueve sin el permiso de Dios, y toda su vida gira alrededor de eso.
Jesús no tuvo un solo segundo de su vida, despegado de ese concepto y vida misma con él Padre (Jn.5:30,8:16,6:38,6:65, Jn.4:27,8:16,1Co.4:7)
El momento que usted cree, que algo pasa en su vida independientemente de Dios, usted comete idolatría. Esa es la forma más sutil de idolatría que existe. Jesús estaba totalmente convencido, por lo cual nada hacia fuera de la voluntad del Padre.
Cuando el procurador romano Poncio Pilato le dijo en el juicio ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? ¿Cuál fue la respuesta de Jesús? Jesús no se atemorizo para que le dejara vivo. ¿Qué le dijo? Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba” Jn.19:10-11. Así que termina tu trabajito Pilato, para eso te trajeron, acaba tu trabajo y acaba de condenarme. Y sonó la alarma en el mudo, escuchándose los pasos de victoria.
Me entiende lo que estamos hablando. Jesús en todo momento estaba unido al Padre, Jesús veía al Padre en todas sus acciones, y por eso decía: “El Padre y yo somos uno”.
Todos nosotros somos llamados a decir lo mismo (Jesús dijo: Que ellos sean uno en nosotros Jn.17:21).
Sin embargo, ¿qué pasa con nosotros? ¿Oh hemos caído en esta forma sutil de idolatría?, que cuando nos ocurre algo en nuestra vida que nos molesta, oh que en nuestra opinión está mal; perdemos los estribos, perdemos el control, perdemos el dominio y empezamos a despilfarrar y dejar que salga de nuestra boca, cuantas cosas horribles pueda suceder, pateamos, golpeamos las paredes, insultamos a todo el que está a nuestro lado, y algunos juzgan hasta la genealogía ajena.
Tal vez tuviste la experiencia de llamar a algún maestro para hacer algún trabajo en casa, diste tu tiempo, pero el maestro llegó muy tarde, y todavía el trabajo quedo mal hecho.
¿Cómo reaccionas? De repente reniegas contra el maestro. Este maestro tal por cual, me hizo perder todo el día, y después bla, bla, bla… Todos caemos algún día en eso. ¿Cómo se llama ese pecado? idolatría (Col.3:5-6, Gá.5:19-21).
Sabes que, a veces lo merecemos. Ese pobre maestro no hizo otra cosa lo que la sabiduría divina dictaminó que hiciera; porque tal vez lo merecías. Algo hiciste atrás, que Dios causó que eso te pasará, para que tú reflexiones y te rectifiques.
Muchas veces, cuando estamos desconectados, cuando no somos siervos de Dios, sino que somos nuestro propio siervo. Nos ofendemos y quitamos a Dios del medio.
Jesús no fue así, Él dijo: Mi Padre y yo somos uno. El que me ha visto a mí, ha visto al Padre (Jn.14:7-11). Pablo dijo: Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. Ef.5:11. Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.1P.2:21. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas. Todo esto tiene que ver con entregar nuestra vida totalmente a la voluntad de Dios.
Nada de lo que ocurre en mi vida es casualidad, si Dios lo permite eso tenía que pasar.
Esta clase que estamos dando, se dice que vivirla es fácil, pero en realidad, vivirla no es fácil.
No vayas a pensar tú, que porque yo te estoy diciendo esto yo estoy fuera de esta palabra. Yo también estoy bajo esta palabra, y antes que llegue a ti, llegó a mí.  Y yo soy el primero, que tengo que aprender a vivir en la voluntad de Dios todos los días, y  de la misma manera hacer reflexión todos los días.
Una vez que aprendamos la lección, la terapia que Dios nos pone en el camino; las cosas comienzan a cambiar para nosotros, y en vez de ofender a los demás, en vez de vivir quejándonos, vivamos elevándonos y perfeccionándonos en la voluntad de Dios.
Por ejemplo, vas al súper mercado y compras tu alimento, y resulta que los alimentos tenían una bacteria y te fuiste en infección estomacal. En el súper mercado había más de 100 paquetes de comida, y solo uno tenía bacterias ¿Por qué cogiste ese? ¿Por qué? Tú no cogiste el paquete, el paquete te cogió a ti. ¿Cuántos entienden lo que estoy hablando?
Tal vez estás haciendo algo que la Palabra de Dios te advierte que no lo hagas, y tú sigues haciendo lo malo o desobedeciendo a Dios. ¿Sabes qué? ¿Quién sabe, Dios te está hablando para que reflexiones y corrijas tu manera de vivir?
Cuando entiendes el mensaje que el cielo te envía y lo aprendes, y pasas la disciplina, entonces le puedes decir a Dios: Ahora entiendo Señor, y aceptas la corrección obedeciendo. Créeme que la infección se va solita.
¿Porque? Porque no es una infección epidémica. Es una infección teológica (instructiva) ¿Me entienden lo que estoy hablando? Y cuando es una enfermedad teológica, no importa lo que te mediques la enfermedad no te pasa.
Cuenta un médico cristiano, que él ha tenido pacientes que les receta medicamentos y no pasa nada. A otros pacientes les hace bien, y con el disciplinado por el Señor no pasa nada. Esto es porque viene del tribunal celestial.
El médico luego vuelve a decir: Cuando el paciente vuelve a visitarme, me dice doctor sigo igual. Le digo espérate, vamos a ver las cosas y le respondo, esto ya es espiritual, aquí hay un asunto espiritual, y me doy cuenta que esto viene de parte Dios.
En los días bíblicos, la lepra no la curaba ni el médico chino, porque venia del tribunal celestial; y cuando el tribunal celestial dice artritis en la mano derecha, no importa el medicamento que te den, sigues con la artritis hasta que aprendas la lección que Dios te quiere dar, y cuando la aprendes, se va la artritis, ¿Por qué? Porque Dios no quiere que tú tengas artritis.
¿Tú crees, que Dios está feliz viéndote enfermo? Si nosotros siendo malos, sufrimos cuando nuestros niños se enferman, cuanto más dolor no tendrá nuestro Padre que está en los cielos, cuando ve nuestro dolor (Mt.7:11).
No estoy hablando de una enfermedad, que tiene su origen en los problemas típicos de acá abajo. Estoy hablando, cuando el tribunal celestial te manda algo para que hagas una reflexión, luego una corrección en tu vida.
Dios te está enviando un mensaje. Por eso cuando tú te enfermas, lo primero que tienes que hacer, no es correr al médico, sino meterte en oración y decirle a Dios, por favor porque me ha venido esto. ¿Hay algo que estoy haciendo mal? Debemos empezar a reflexionar y a aplicar al mundo espiritual, lo que aplicamos en el mundo terrenal.
Por ejemplo: Cuando vamos al médico con un problema, el médico te hace preguntas: ¿Qué comiste ayer? Y antes de ayer ¿Qué comiste? Y te sigue haciendo preguntas, para ver la relación que hay entre lo que te está pasando y lo que hiciste mal, para de esa manera corregir y darte la receta para luego cumplirla.
Al momento que nosotros separamos a Dios de nuestras vida, al momento que separamos a Dios de nuestras circunstancias, al momento que separamos a Dios de nuestras responsabilidades diaria, al momento que separamos a Dios de lo que somos, de lo que pensamos, y de lo que hacemos. Caemos en el laberinto de la idolatría.
Pensemos en esto: Al momento que pensamos, que todo lo que nos ocurre en nuestra vida está bajo el dominio de nuestro Dios Eterno y no lo separamos de él, al momento que todo lo que hacemos no lo hacemos para el hombre y lo hacemos para Dios, al momento que llegamos a un punto que nos anulamos nosotros mismos, para no hacer lo que queremos, sino lo que él desea que hagamos, al momento que entramos en la voluntad de Dios, y comenzamos a anularnos. Como lo dijo Juan el Bautista: Es necesario que yo mengue y el crezca (Jn.3:30), como lo dijo Pablo: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mi… (Gá.2:20, y otros versos como: (Gá.4:19,5:25, Ef.5:1-2, Tit.2:14,1P.4:4). Y sacamos lo que nos eleva, mejor dicho sacamos el “Yo” ese ego que tenemos dentro; y comenzamos a entender que Dios manda la luz y las tinieblas, hace la paz y crea la adversidad, el empobrece y enriquece, manda la salud y la enfermedad (Ex.15:26, Dt.7:15,28:15,27-29…); y que la enfermedad no viene del diablo, y la salud viene de Dios, en realidad las dos vienen de Dios. Entonces comenzamos a depender de Él, y nos hacemos uno con Él.
La oscuridad no viene de satanás y la luz viene de Dios. Esto no es así. Tanto lo uno como lo otro viene de Dios. Él mismo que hace la oscuridad, es el mismo que hace la luz. El mismo que trae la plaga es el mismo que la sana. No hay diferencia, hay un solo Dios verdadero, y todo lo demás viene de él. (Is.45:7,42:15,1s.2:6-9, Am.3:6), el quita reyes y pone reyes (Dn.2:21), él estableció el mundo y todo su sistema.
Solo que nosotros no tenemos la información que él tiene. Por eso el justo, tiene que vivir por la fe. Feliz el pueblo que entiende esto, feliz el pueblo, cuya mayor delicia está en adorar y servir a Dios, y servirle de todo corazón, obedeciendo su Palabra.
Amado hermano y amigo nuestro amor sea efectivo rindiéndonos totalmente a la voluntad del Padre, amándolo con la efectividad de obedecer sus mandamientos (Jn.14:15). De esa manera seremos librados de la SUTIL IDOLATRÍA. Y nuestra adoración, será por siempre y eternamente a nuestro Padre Celestial, el Dios verdadero creador del universo, y todo lo que existe eternamente y para siempre. Amen.
                                                                 Jorsaaleza

LA FORMA MÁS SUTIL DE LA IDOLATRÍA PARTE 1


LA FORMA MÁS SUTIL DE LA IDOLATRIA
(Que es poco perceptible)
Una de las primeras cosas que aprendemos cuando leemos la Palabra de Dios, es Ex.20, donde los primeros versos dice: “No adores otros dioses además de mí” - No hagas para ti ningún ídolo ni nada parecido de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas que están debajo de la tierra - No te inclines ante ellos ni los adores porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Castigaré por el pecado de los padres a los hijos, e incluso a los nietos y bisnietos, por culpa de los que me desprecian.
Tal vez muchos hemos salido de este terreno idolátrico de representaciones vanas. Pero hoy, sabemos que nuestra vida no es simplemente salir, sino perfeccionarnos en la fe que es por el obedecer la Palabra de Dios (Ro.10:17, Gá.3:2-5, Col.3:16).
Es con la Palabra de Dios que perfeccionamos nuestra vida, imitando a nuestro Salvador para renunciar toda idolatría, no solo representativa sino también, aquellas acciones que trasgreden la Palabra de Dios y ofenden la santidad de nuestro Dios, tal como dice Col.3:5-6: Así que saquen todo el mal de su vida: pecados sexuales, inmoralidades, malos pensamientos, malos deseos y codicia, que es una forma de adorar ídolos - Todo esto hace que Dios se enoje con los que son desobedientes.
La biblia dice, que toda idolatría es abominación a Jehová Dios. Dios rechaza y condena enérgicamente la idolatría, y le causa repulsión. Quienes hagan idolatría sufrirán las consecuencias.
Sin embargo, ahondemos más sobre este asunto porque en estos últimos tiempos se ha modernizado y aparentemente se viste de luz, pero su fin no puede ser oculto porque es tan antiguo como la serpiente antigua y el dios de este siglo (Ap.12:9, 20:2,2Co.4:4, Ef.2:2).
Para una mejor revelación y entendimiento de la forma más sutil de la idolatría, comenzaremos hablando de aquel que nunca desvió sus ojos del Padre y cumplió la ley sagrada a plenitud y es digno de ejemplo a seguir. 
Comencemos preguntándonos ¿Quién es el Mesías? ¿Cómo identificaron los profetas al Mesías?
El Mesías no es otra divinidad, porque si sería otra divinidad no sería el siervo conforme lo tratan los profetas (Is.42:1-4, Zac.3:8), y no cualquier siervo, sino el siervo sufriente como lo dice Is.53.
El siervo de Dios no hace su voluntad, sino la voluntad de su amo. Jesús el Mesías dijo: Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.Jn.6:38.
No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.Jn.5:30.
Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.Jn.4:34.
Fil.2:6-8 nos dice: El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse - sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres - y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
Ser siervo (doulos) o esclavo: Implica obediencia absoluta: No tiene derechos propios de ninguna manera, y está ligado por una total e incuestionable obediencia.
Implica humildad absoluta. No piensa en sus privilegios sino en sus deberes. No piensa en sus derechos sino en sus obligaciones, y ha perdido su propia identidad para servir a Dios.
Implica lealtad absoluta. No tiene intereses, propios porque está plenamente entregado a Dios. Las ganancias y las preferencias propias no entran en sus cálculos, su lealtad es para con Dios y ha perdido su identidad por la de su Señor.
El único que no es siervo es Dios, de allí para fuera todos somos siervos de Dios. Y al momento que hacemos algo, como una entidad separada de Dios. Estamos haciendo servicio extraño, fuego extraño (Lv.10:1, Nm.3:4,26:61).
Nosotros debemos tener en alta estima, toda las Sagradas Escrituras, A.T y N.T. Nosotros debemos tener respeto, reverencia, pulcritud y dignidad al tratar la Palabra de Dios.
No debe haber ninguna persona, que pase por alto el respeto, que debemos tener como pueblo de Dios, a la Palabra de Dios.
Pueden diferir con nosotros en alguna idea, en alguna doctrina, en alguna interpretación, pero en lo que todos están de acuerdo, es que aquí se debe oler reverencia, santidad y respeto por la sagrada Palabra de Dios.
La ley de Dios escrita no es un fin en sí mismo, al momento que nosotros convertimos la ley de Dios escrita en un fin en sí mismo, estamos practicando idolatría. Han visto a algunas personas poner la biblia en su mesa, bajo de su cabecera, en el tablero de su carro, etc. ¿Debemos preguntarles cual es el sentido?
El objetivo de la ley de Dios escrita, el objetivo de los mandamientos, no es un fin es un medio para alcanzar el verdadero fin.
¿Cuál es el fin?  El fin de la Palabra Dios es “el servicio y la adoración a Dios” Ro.7:4.
Nuestro Señor Jesús nos dijo en Mt.28:19-20, que le sirvamos haciendo discípulos con la Palabra de Dios.
Ese servicio que hacemos a través de la Palabra de Dios, nos va a llevar por los procesos redentivos del plan de la redención de Dios, y al final del día, nos vamos a encontrar con Jesús nuestro Señor y Salvador.
Es por eso, que los grandes siervos de Dios no dudaron en señalar y afirmar que el fin de la ley, es Cristo el Mesías.Ro.10:4, Gá.3:24,
Fin no significa término, sino “propósito”. El fin de la ley de Dios, quiere decir que el propósito final de la ley de Dios, es que nos encontremos con el Cristo Salvador, porque es a través de Él, que somos redimidos y perfeccionamos nuestro vida y servicio a Dios. 
Ahora, no es una buena noticia para nosotros. ¿Porque no es una buena noticia para nosotros? porque la mentira del principio, nos sigue como un gusano dando vuelta en nuestra vida.
¿Qué le dijo, el mentiroso o padre de la mentira a la primera pareja humana? En la conversación que tuvo la serpiente con Eva, la serpiente figura de satanás que falsifica la verdad, astutamente le dijo a Eva: No moriréissino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.Gn.3:4-5.
El hombre en vez de servir a Jehová Dios evidenciando una vida de obediencia, establecieron sus propias reglas en desobedecer a Dios queriendo ser como dios, y el resultado de su desobediencia fue absorbida por la IDOLATRÍA.
Al momento que tú te envuelves con la idolatría, tu desconexión con Dios va creciendo.
Una trasgresión te va llevando a otra trasgresión, y así sucesivamente. De la misma manera, un acto de servicio a Dios, te anima hacia otro acto de servicio a Dios, para elevar tu alma.
Ahora con todo el respeto que tenemos a las Sagradas Escrituras, no nos equivocamos, que el que nos dio las Sagradas Escrituras es más grande que la misma, porque es su propio autor.
¿Cuantos tienen la Biblia, que es Palabra de Dios? Hoy, casi todo el mundo tiene la Santa Biblia, pero hay una diferencia entre ellas ¿cuál es la diferencia que hace la una de la otra?
¿Sabes cuál es la diferencia y la razón? Es que los verdaderos hijos de Dios, le dan el valor que corresponde obedeciéndola reverentemente, con el solo propósito de adorar y servir a Dios.
Mientras otros, tienen la Santa Biblia solo para recibir buenas noticias, y solo para informarse de cosas que llenen sus propios deseos egoístas y vanidosos.
La Palabra de Dios, cobra vida cuando la reverencias obedeciéndola o poniéndola en práctica (Stg.1:22). Ellas cobran su valor de sagradas, cuando tú las obedeces.
Al momento que tú no la entiendes, y no la obedeces, y piensas que tú puedes poner tus propias reglas de juego. Entonces tú dejas de ser siervo, y cuando tú dejas de ser siervo, cometes el pecado de IDOLATRIA MÁS “SUTIL” que existe. Pierdes el honor de servir a Dios.
La pérdida más grande que puede experimentar un ser humano: No es su salud, no es su dinero, la pérdida más grande, es perder el honor de una relación personal con Dios.
Esa es la perdida más grande que existe, y eso se evidencia desde los mismos días del comienzo de la creación.
Cuando el Dios Altísimo, estableció su juicio sobre la serpiente y la primera pareja humana, nos preguntamos ¿Cuál fue el dictamen del juez para la mujer? ¿Por qué la mujer, tuvo su parte en el asunto? ¿Cuál fue la porción de juicio que cayó sobre la mujer? Sabe cuál fue: “Con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido (desearas estar con tu marido), y él se enseñoreará (dominará) de ti”.Gn.3:16. (Interesante dice los hijos, no dice tus hijos, que dice el Sal: 127:3)
¿Cuál fue el juicio sobre el hombre? Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra. Gn.3:17-19. Cuando siembres la tierra te van a salir espinas y cardos, vas a tener que trabajar y proteger esas plantitas, porque si no los cardos y las espinas las destruyen. Tienes que sudar con tu frente para traer tu pan.
¿Y cuál fue el juicio para la serpiente? Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.Gn.3:14. ¿Qué juicio fue ese? Si dijéremos que a la serpiente le puso a trabajar, bueno es un juicio. Pero a la serpiente le puso el veredicto final: “Sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida”. Lo que más hay en la tierra, es polvo. La serpiente tiene toda la comida del mundo. Se la pusieron fácil. La serpiente tiene comida por todo lado, y de todo tipo. Todo lo que venga de la tierra ella puede comer, no tiene que trabajar.
Entonces ¿qué juicio fue? Fue el más atroz de todos los tiempos: Por toda la eternidad.
Lo de la mujer y del hombre fue juicio. Pero el juicio de la serpiente fue sin esperanza, y por toda la eternidad.
Explicamos un poquito más esto: Cuando la mujer va a dar a luz y tiene dolor, ella gime por Dios, gime por ayuda y dice: “Dios ayúdame – dame fuerzas” y Dios está allí para ayudarla. Cuando el hombre siembra la tierra, solo tiene que esperar que Dios mande la lluvia, y súplica diciendo: “Dios mío, por favor que no se pierda la semilla, la cosecha, Señor manda tu lluvia”.
La serpiente, no tiene que depender de nada de eso, todo lo tiene fácil. Pero sabe usted ¿cuál fue el juicio más fatal para ella? “Perder su comunión y condenación para siempre”
La serpiente está totalmente condenada, no tiene acceso a la presencia de Dios como un hijo de Dios. Sin embargo, el hombre no, él comerá con el sudor de su frente, pero no ha perdido la esperanza en Dios. El Señor dice: Clama a mí y yo te responderé (Jer.33:3) “Yo estoy contigo” en el sudor, a la mujer en el dolor parirás, pero yo estoy allí para ayudarte en ese parto.
Pero tengamos cuidado, porque en el momento que actuamos como la serpiente, y pensamos que podemos desconectarnos de Dios, y que no necesitamos de Dios en nuestras vidas, hemos cometido la forma más SUTIL DE IDOLATRÍA.
Muchas veces pensamos que ya hemos abandonado toda forma de idolatría, pero hoy podemos reflexionar, y pensar en estas cosas que estas escuchando en este momento, tal vez podemos darnos cuenta que todavía somos idólatras.

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